El oficio y maestría de Álex Mariscal se llevan el II Bolsín de Lucena

Tras sonar el Himno de Andalucía, trenzan los cinco espadas el paseíllo en línea recta, todos destocados a excepción de Álex Mariscal. A su término, se escuchó el Himno Nacional. Está en juego un sitio en el certamen de novilladas de Villaseca de la Sagra, reservado para el ganador de la Final del II Bolsín Taurino «Coso de los Donceles» de Lucena (Córdoba).

«Pinceló detalles toreros José Antonio Monesterio, aunque sin terminar de irrumpir la explosión de la faena. Templado estuvo Manuel Casado con la capa, con un personal toque acompañado de entrega y valor para entrar a matar sin muleta. Recibió a porta gayola Antolín Jiménez, de figura erguida y cierto empaque. Destacó el manejo de Álex Mariscal, enclasado y atemperado firmando una sólida faena. El mejor sabor lo dejó Manuel Quintana, siempre en torero y trazando carteles de categoría, aunque sin fortuna en la suerte suprema».

Abre la mañana José Antonio «Monesterio», de azul marino y oro, con una larga de rodillas. Recibe sin lucimiento a un desclasado eral, castaño, de presencia media y playero de arboladura, como lo será también el resto del encierro. Quita Manuel Casado por delantales y chicuelinas «apretás» cogiendo el capote cortito de la esclavina. Replica Monesterio sin éxito. Le falta fijeza al animal en banderillas, desfondándose y cayendo de los cuatro cuartos. Brindis personal.

Con alfileres está cogido el eral, perdiendo las manos por el pitón derecho. No obstante, lo lleva José Antonio más toreramente al natural, a sones de «Joselito Bienvenida», abandonándose. Traza algún que otro detalle torero al burel que embiste a media altura. Pero el público está frío y no acompaña, decreciendo la emoción. Se pone peligroso el animal en los últimos compases de la faena. Deja el becerrista una estocada entera y en lo alto, recompensada con dos orejas.

Turno para Manuel Casado, de obispo y oro, con otra larga de rodillas, chicuelinas y acompasadas verónicas de temple, rematadas con un toque sevillano en la media. No puede expresarse Antolín Jiménez en el quite. Banderillea el propio torero al ritmo de «Amparito Roca» intentándolo -aunque en vano- al violín. Destaca un par al quiebro por dentro entre las tablas, frente al berreón cornúpeta, negro de capa y algo más bajo de agujas. Brinda a Tomás Campuzano y todos sus compañeros de cartel.

Comienza con la franela de rodillas en los terrenos de tablas, sobresaliendo su excepcional entrega. Irrumpe el pasodoble «Nerva» cuando tiene domeñada a la res por ambas manos, sin humillar en gran medida. Con una mejorable colocación, levanta los «oles» del tendido, encajando la cintura en los pases de pecho. Concluye la faena por manoletinas y entrando a matar sin muleta, no sin arrojarse en medio de los pitones, como mandan los cánones. Pese a tal esfuerzo del joven sevillano, se resiste en caer el bicorne, con una estocada tendida. Dos orejas y rabo, y vuelta al ruedo en el arrastre.

Se va a porta gayola Antolín Jiménez, ataviado con un verde bandera y oro. Recibe con la capa a las espaldas, la que es arrollada por el tercer eral de la final, castaño y de mejores hechuras que sus hermanos. Prosigue con unas gaoneras sin triunfo, al igual que Álex Mariscal en el quite, enganchándole el de Sánchez de Alba, que a su vez no expone fuerza ninguna al tomar los rehiletes. Brindis al tendido.

Se dirige a los medios, donde interpreta una serie de derechazos de rodillas. Tras descalzarse y arrancar «La Chiclanera», ajusta los pases de pecho con empaque y pureza. Cita bien cruzado y toreando con la figura erguida, en el sitio y encauzándole el recorrido al astado, que contribuye escasamente, cayendo con cierta frecuencia. Pierde la fijeza en unos molinetes descompuestos, que arrancan simultáneamente el orden a la faena. Saca del tintero varias bernardinas en el tercio. Deja un pinchazo y una media estocada en suerte contraria, teniendo que recurrir al descabello, aunque sin efecto. Granjea dos orejas.

Destilando clase y torería con el percal salió al albero lucentino Álex Mariscal, de coral y oro con fajín y corbatín en nazareno. No consigue un quite redondo Manuel Quintana por el carbón excesivo del eral. Coloca con actitud el propio Mariscal los avivadores, quedando bajos y desiguales, el último par cercano al estribo. Brindis personal a una persona del tendido.

Con espigados estatuarios en el tercio, prueba por alto al animal, bajándole más tarde la mano en redondo, casi siempre manteniendo la figura. Su negro adversario, por su parte, berrea lo que no está escrito, desplazándose cada vez menos, sin clase. Mientras ameniza la faena «Churumbelerías», tira de oficio el novillero con destacable pureza para cortar dos orejas y rabo, tras unas manoletinas mirando al público y una estocada entera, firmando de esta manera una consolidada y completa actuación, aunque quizá con una ligera carencia de pellizco torero.

Sorprende gratamente Manuel Quintana, con un vestido grosella y oro, sembrando por el ruedo una extraordinaria torería con la capa, moviendo los brazos por delante y con gran juego de los mismos. Sin poder lucirse en el quite, brinda a Tomás Campuzano y a su maestro el Califa, tras un tercio de garapullos gobernado por la mansedumbre del cuadrúpedo.

Sigue deleitando a la afición con ayudados por alto de ensueño, pegado a tablas. Con magisterio y hombría. Saben a pata negra varias series de naturales. Es desmontado el becerrista dos veces, pero cuenta con el cariño del público, que le incita a regalar posteriormente verdaderos carteles de toros por el pitón izquierdo. Se le va colando el astado por dentro, que va aumentando a la vez su peligrosidad. Recibe Manuel varias volteretas. Tiene ahora una difícil papeleta. Después de propinar dos pinchazos y tres estocadas en suerte contraria, se atrona finalmente el tecloso eral, cuyas dos orejas acaban en manos del cordobés.

Al concluir el festejo, se realizó una exhibición de enganches de dos carruajes de caballos tordos, mientras el jurado ponía en común su veredicto, el cual quedó de la siguiente manera:

        1- Álex Mariscal: 91 pt  (2 orejas y rabo)

        2- Manuel Casado: 80,7 pt  (2 orejas y rabo)

        3- Manuel Quintana: 76,4 pt  (2 orejas)

        4- José Antonio «Monesterio»: 71 pt  (2 orejas)

        5- Antolín Jiménez: 63,1 pt  (2 orejas)

El embarque de Isabel Sánchez de Alba ha sido presentado de manera aceptable, siendo negros tres erales y dos castaños, playeros de arboladura en su totalidad; de juego dificultoso, sin apenas fuerza, mansos en general, y alguno que otro peligroso.

ENTRADA: Un quinto de plaza-

Imágenes: Manuel Jiménez

Crónica de Romero Salas

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