La izquierda de Curro Díaz retumba entre canteras prieguenses.

 CURRO DÍAZ, JAVIER CASTAÑO Y OCTAVIO CHACÓNCOSO DE LAS CANTERAS, PRIEGO DE CÓRDOBADe tercera categoría-Estilo: excavada en tosco-Inauguración: 17/8/1892-Aforo: 7000 localidades(aforo máximo: 60% según la situación COVID-19)

Ganadería: Victorino Martín-Divisa: Azul y encarnada-Fincas: Las Tiesas de Santa María, Monteviejo y San Marcos (Cáceres)-Señal de orejas: hoja de higuera en ambas-Antigüedad: 29/5/1919-Procedencia: Albaserrada (Vistahermosa)

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    Irrumpe solemnemente el magistral pasodoble «Manolete» para poner música a un respetuoso paseíllo, trenzado con rectitud por una colorida y variada terna. Se detienen los espadas al llegar a los percales para guardar un minuto de silencio a sones del Toque de Oración y posteriormente aplaudir el Himno Nacional. El público saca a saludar a los tres matadores.

-Curro Díaz: azul rey y oro-Javier Castaño: caldera y oro-Octavio Chacón: verde manzana y oro

        A diferencia del orden establecido en los carteles del festejo, abre plaza Curro Díaz, quien conduce hacia los medios sin apenas lucimiento de capa al primero del embarque, aplaudido de salida, toro bajo, cárdeno como todos sus hermanos, serio, hondo de caja, fuerte de cuartos traseros, corniavacado de pitones y astifino. Acude al caballo al relance desde la raya, pensándoselo más que la pregunta del millón y tomando una vara trasera, y empujando con ambos pitones pero sin emplearse en el segundo puyazo. En banderillas corta a los subalternos con la cara arriba, destacando los delicados y contados capotazos de Óscar Castellanos. Brindis al público.

Inicia la faena por doblones por bajo, cuando se da cuenta el maestro del virtuoso pitón izquierdo del victorino, con quien se entretuvo en sacarle hasta cinco grandiosas tandas de naturales, llevando embebido al animal en la franela, guardando precauciones al citar, pero con desmayo al son de «Dávila Miura». Mercenario, por su parte, embiste con nobleza y humillación por el pitón zurdo, a diferencia del derecho. Deja el linarense una estocada entera trasera pero efectiva en suerte contraria. Dos orejas.

    Recibe Javier Castaño estirándose con el capote pegado a las tablas a Escogido, rematado, enmorrillado, algo más alto de cruz que el anterior, badanudo y acucharado de arboladura, que pierde varias veces las manos. Se echa una siesta en el puyazo con menos fuerza que un juampedro, con un solo pitón frente al equino. Sale Octavio Chacón decidido a hacer el quite, compuesto de tres ceñidas verónicas y media. Sobresale Joao Ferreira con los rehiletes, arriesgando el tipo al ser el bicorne muy parado en los percales, sin fijeza y pegajoso, lo que obliga a cambiar el tercio con dos pares sobre el lomo.

Apenas prueba el diestro la acometida de su oponente, gustándose de inmediato con la mano derecha. Echa la pata palante, con entregada colocación, aunque sin planchar la muleta en el cite. Empieza a abusar del pico del engaño como estamos desgraciadamente acostumbrados hoy día. El toro embiste con obediencia pero sin demasiada armonía, lo que hace que falle la transmisión. Sin embargo, toca el pasodoble por mera petición de algún que otro espectador, que con menos sentido que pegarle seis puyazos a un parladé, se aburre sobre la cantera de Priego y no se le ocurre al amigo otra cosa mejor que hacer. Acaba con el segundo el de caldera y oro con un pinchazo y estocada entera en los rubios en suerte contraria, aunque no sin usar el descabello. Palmas al de Albaserrada en el arrastre. Saluda Castaño desde el tercio. 

    Nos deleita Octavio Chacón con su corte añejo de capa, mostrando estampa clásica, cogiendo el avío cortito. Galopa Comisario hacia el peto casi desde la boca de riego, con la cuerna completa y demostrando una sublime nobleza sin cabeceo alguno, cuando Santiago Pérez había ejecutado la suerte a la perfección, cuadrándose y citando con los pechos del caballo. En el tercio de los garapullos resulta peligroso el que pastó en la finca extremeña, hecho cuesta arriba, alto de ijares, también con badana, hocico de rata y ancho de sienes, playero del pitón izquierdo. Gana mucho terreno en el cuarteo, hasta el punto en que da un susto feo y voltereta al peón Alberto Carrero, quien finalmente por fortuna sale ileso. Brindis al público.

Lo obliga el gaditano por abajo en el comienzo de faena, demostrando por su parte el burel gran humillación pero con abrupta embestida, con peligro en los pases de pecho. Obedece por el cuerno diestro, llevándolo su matador muy cosido a la franela, quien se cruza con excepcional entrega, incluso llevando a cabo un desplante en la cara del animal rodilla de tierra, cual novillero sin caballos. Cita muy en corto, dándole sitio por su incurablemente bruta condición. Deja una estocada en el hoyo de las agujas en suerte contraria sobre los terreno de afuera, que le valen las dos orejas.

Leves palmas de salida recibe el cuadrúpedo del ecuador de la corrida, Escritor, serio, alto de cruz, cuesta arriba, con prolongado cuello y aceptable cornamenta para tercera categoría, tocado del derecho y posteriormente escobillado del izquierdo. Consigue alguna que otra verónica con alma y una garbosa revolera el maestro jiennense. Sin extraordinaria pelea en el peto. Más soso que una «ensalá» sin aliñar. Tampoco acomete en banderillas, muy reservón. Ni siquiera a los capotes. En mi humilde opinión parece como si presentara algún defecto en la vista.
Se desentiende por ambos pitones frente a la pañosa, sin fijeza, distraído. Sin recorrido, tranco ni «ná». Curro Díaz lo toca muy en corto -en vano- para provocar su embestida. Lo mejor que puede hacer es abreviar. Pinchazo. Bajonazo. Estocada entera en suerte natural. Pitos en el arrastre al marrajo. Saludos desde el tercio.

Acaricia Javier Castaño al quinto cornúpeta de la victorinada con su capotillo casi de la esclavina, de nombre Escusan, fino, bien construido, estrecho de sienes, corniapretado, astiacaramelado y asaltillado de puntas. Levanta al caballo por delante metiendo los riñones en la primera entrada, mientras que en la segunda se le mima más, también disminuyendo el nivel de pelea, quedando la puya trasera. De nuevo aprovecha Chacón su derecho al quite, esta vez por delantales y una revolera en el platillo. Grandioso Joao Ferreira otra vez, colocando dos acertadísimos pares asomándose al balcón. Se destoca y saluda la ovación del respetable.
Muy esperón el cárdeno. No obstante, muletazos más tarde lo consigue llevar embebido en todo el trazo del natural, con recorrido y humillación. Se oyen los acordes del mítico «Gallito». Presenta lateralizada la franela a la cara del astado, también con ciertas precauciones. Va a menos, desfondándose a pasos agigantados, sin transmisión. Pinchazo hondo trasero. Utiliza el verduguillo hasta en tres ocasiones. Palmas.

    Saluda Octavio Chacón a la sexta res del cerrado, metiendo la barbilla en el pecho y gustándose en un par de verónicas bajando el capote. Expone ante la afición su magistral oficio lidiador, bregando a su adversario hacia los medios, con mucho carbón de salida. Hebrero lo llamaron, vivo de mirada, cuesta arriba, fino, astiblanco, veleto del derecho y algo tocado el pitón izquierdo. No se complica mucho bajo la montura, tomando una vara prolongada pero sin mucho efecto. Corta a los toreros de plata con los avivadores. Brinda a una persona del callejón.
Inicio de faena obligando por bajo, cuando encartan varios naturales de uno en uno. Rompe «Nerva». Cita el de la castañeta dando el pecho, en ocasiones con escasa torería y sin la seriedad debida para estar delante de un morrillo engalanado con la divisa azul y encarnada nada menos. Destaca su descomunal entrega pero desde los lances primitivos de  la lidia se vio que el morlaco carecía de fondo. Se pone excesivamente «anovillerado» el de Prado del Rey. Pinchazo. Estocada entera en suerte natural en su sitio a escasos dedos del morrillo. Da el diestro la vuelta al ruedo.

    La presentación del ganado ha sido aceptable para una plaza de tercera, con correcta conformación de pitones, de buen juego en general excepto el cuarto, parado y distraído. El peor lote cayó en manos de la representación de Javier Castaño en el sorteo.

-Curro Díaz: dos orejas y saludos desde el tercio-Javier Castaño: saludos desde el tercio y palmas-Octavio Chacón: dos orejas y vuelta al ruedo

ENTRADA: Tres cuartos del aforo permitido-

Imágenes: autor Romero Salas

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