VÍCTOR CERRATO CORTA TRES OREJAS EN NOVILLADA PLOMIZA EN CORTEGANA

Tres orejas muy generosas para el novillero, y una para Mª del Mar Santos y Gardel, ante una novillada muy baja de casta y fuerza de Murteira Grave.

Plaza de toros de Cortegana, con un tercio de entrada en los tendidos, se lidiaron novillos de Murteira Grave, de correcta presentación, nobles y de buena condición, pero faltos de fuerza y casta, sobresale el primero, encastado y con transmisión, para los diestros:

Mª del Mar Santos, oreja y ovación

Alejandro Gardel, oreja y silencio

Víctor Cerrato, oreja y dos orejas

No respondió a las expectativas el encierro de Murteira Grave en la novillada que cerraba la feria de Cortegana. Sólo el primero hizo honor al encastado hierro, resultando el resto del festejo plomizo ante la escasa fortaleza y casta de los astados.

En este primero se vieron los compases más encajados de toda la tarde, en la muleta de Mª del Mar Santos. Fogonazos de muletazos de gran trazo en los momentos de entendimiento con el encastado animal por ambos pitones. Le propinó el novillo una fuerte voltereta a la novillera, afortunadamente sin mayores consecuencias.  La lástima, el mal uso de los aceros, que minimizó el premio a una solitaria oreja. En su segundo nada poco hacer ante un novillo aquerenciado y a la defensiva que no tuvo ni un pase.

Alejandro Gardel se enfrentó en su primer oponente ante un novillo de escasas fuerzas y sin ninguna transmisión. Faena pulcra y sin apreturas, en un trasteo con buenas maneras, pero sin arrebato. Se le concede la oreja. El quinto, fue un toro de parecidas características, siendo el trasteo anodino por lo poco que sumaron los dos oponentes. Además, no anda certero con los aceros y se silencia su actuación.

El triunfador numérico del festejo fue Víctor Cerrato, que se llevó en el esportón tres orejas. En su primero, un toro escaso de fuerzas y transmisión, faena pulcra. Tras cuatro pinchazos, dos de ellos haciendo la suerte sin muleta, estocada y descabello, se le concede una oreja sin ningún rigor. En el que cerraba plaza, estuvo más entonado el novillero ante un novillo de escasas condiciones, que se derrumba varias veces en la faena de muleta. Una estocada atrona al de Murteira y se le conceden las dos orejas.

Crónica de Carlos Arroyo

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