“EL PIRI”, TRIUNFADOR DE LA DE NOVELES DE LA CINTA DE 1.967

Vicente Parra Roldán

Hasta hace poco tiempo existía la costumbre de ofrecer novilladas de promoción para jóvenes onubenses a los que se les ofrecía una oportunidad de actuar ante sus paisanos. Y así sucedió en la festividad de la Virgen de la Cinta de hace medio siglo, cuando la empresa que regía el coso capitalino montó una novillada para Alfredo Fernández, Manuel Rodríguez “El Palermo”, Antonio Alonso “El Nené”, José Conquero “Panaderito”, Manuel Sampedro “El Piri”, Paquito Santos “El Mono” y Manuel Díaz “Cascarilla”, quienes representaban a distintas barriadas de la capital y que lidiaron erales de Fuentespino.

En el que abrió plaza, Alfredo Fernández Buendía dejó estela de sus hechuras en algunas fases de su actuación que concluyó con una original forma de matar, pese a lo que recibió un recado presidencial. Mala suerte tuvo El Palermo que se encontró con una res sin fuerzas y que rodó continuamente por la arena sin que pudiera encontrar lucimiento. Para colmo, no estuvo atinado a la hora de matar y el eral tardó en caer.

El Nené trató de lucirse, consiguiéndolo en algunos momentos, pero estuvo mal con los aceros y fue avisado en dos ocasiones por el palco presidencial. Panaderito tuvo que esforzarse mucho ante un huidizo animal y, pese a recibir otro recado presidencial, dio la vuelta al ruedo. El Mono llevó la alegría a los tendidos que estuvieron con él en todo momento, demostrando no estar llamado para el mundo del toro pese a su impecable traje que, como el de sus compañeros, terminó con más de roto por las volteretas proporcionadas por los erales,  y Cascarilla se lució con el capote pero con la franela demostró que aún estaba muy verde aunque aguantó mucho.

El triunfador de la tarde fue El Piri que, al finalizar su actuación, paseó las dos orejas de su oponente, saliendo triunfalmente a hombros al término del festejo. Manuel Sampedro hizo muchas cosas ante su oponente y muchas de ellas estuvieron prendidas de sabor, por lo que los espectadores se sintieron muy satisfechos con su actuación.

En suma, una tarde donde muchachos de la tierra vieron cumplidas sus ilusiones de actuar en la plaza de toros de su tierra. Para unos fue el debut y la despedida y, para otros, mantener vivas sus ilusiones.

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