La Hermandad de la Macarena y la C\u00e1tedra S\u00e1nchez Mej\u00edas de la Universidad Hispalense presentan el programa de actos del centenario de la muerte de Jos\u00e9 G\u00f3mez Ortega \u2018Gallito\u2019.<\/p>\n
Las conmemoraciones girar\u00e1n en torno a tres v\u00e9rtices fundamentales: la estatua de Mart\u00edn Nieto que evocar\u00e1 su memoria delante de la Bas\u00edlica, la gran exposici\u00f3n conmemorativa y el programa de actos culturales.<\/p>\n
El pr\u00f3ximo 16 de mayo de 2020 se va a cumplir un siglo de la tr\u00e1gica muerte del diestro sevillano Jos\u00e9 G\u00f3mez \u2018Gallito\u2019 en Talavera de la Reina. La efem\u00e9ride tiene una impresionante carga taurina, pero tambi\u00e9n hist\u00f3rica, cultural y devocional. Joselito encarna una de las personalidades m\u00e1s atrayentes del primer cuarto del siglo XX en Espa\u00f1a, una \u00e9poca de extraordinaria efervescencia cultural, art\u00edstica y social a la que no fue ajena el toreo.<\/p>\n
Joselito \u2013o Gallito\u2013 lo fue todo en el toro. Adem\u00e1s de alumbrar el camino por el que acabar\u00eda transitando el arte de torear, sent\u00f3 las bases de la crianza y la selecci\u00f3n ganadera; marc\u00f3 las pautas organizativas del negocio taurino y hasta alent\u00f3 la construcci\u00f3n de plazas monumentales. Cap\u00edtulo aparte merece la construcci\u00f3n del inmenso y ef\u00edmero coso de San Bernardo, erigido en la estela de la revoluci\u00f3n regionalista que mud\u00f3 la piel de la ciudad mientras se preparaba para la Exposici\u00f3n Iberoamericana de 1929. No sobrevivi\u00f3 a la vida de su inspirador, que no pudo ver muchas de sus aportaciones. Su tr\u00e1gica y temprana desaparici\u00f3n \u2013Jos\u00e9 s\u00f3lo ten\u00eda 25 a\u00f1os cuando acept\u00f3 torear en Talavera\u2013 dej\u00f3 en el tintero algunos proyectos que le convert\u00edan, pese a su juventud, en la piedra angular del mundo taurino de su \u00e9poca.<\/p>\n
No hay que olvidar su simbiosis con otro maestro fundamental para entender los modos que estaban por venir. Y es que la figura de Jos\u00e9 es inseparable de la de Juan Belmonte. El diestro trianero fue el contrapunto de Joselito. Juntos marcaron a fuego aquella breve Edad de Oro del toreo que acab\u00f3 sentenciada el 16 de mayo de 1920 en el ruedo de Talavera. Las astas de \u2018Bailaor\u2019, el toro de la Viuda de Ortega que mat\u00f3 a Joselito, acab\u00f3 de un plumazo con toda una \u00e9poca y cubri\u00f3 de luto a todo el pa\u00eds.<\/p>\n
La historia de una estrecha relaci\u00f3n: Jos\u00e9 y la Virgen de la Esperanza <\/u><\/em><\/p>\n Hay muchas m\u00e1s facetas que convirtieron a Jos\u00e9 G\u00f3mez Ortega en un hombre poli\u00e9drico y comprometido. Una de ellas fue su acendrada devoci\u00f3n por la Esperanza Macarena. El torero lleg\u00f3 a ser oficial en su junta de gobierno guiado de la mano del dise\u00f1ador Juan Manuel Rodr\u00edguez Ojeda, reinventor de la est\u00e9tica de la cofrad\u00eda de San Gil y de la propia Semana Santa. Jos\u00e9 y Juan Manuel \u2013sin olvidar la influencia del can\u00f3nigo Mu\u00f1oz y Pab\u00f3n\u2013 formaron un fruct\u00edfero t\u00e1ndem que cristalizar\u00eda en algunas de las piezas m\u00e1s emblem\u00e1ticas del culto y la devoci\u00f3n a la Virgen de la Esperanza.<\/p>\n Hay tres claves est\u00e9ticas para entender el atav\u00edo m\u00e1s genuino de la Esperanza Macarena que est\u00e1n unidas indisolublemente a la figura de Joselito El Gallo: la corona de la joyer\u00eda Reyes, la pluma de oro de Mu\u00f1oz y Pab\u00f3n y las inconfundibles mariquillas verdes que compr\u00f3 el torero en una joyer\u00eda de Par\u00eds. Est\u00e1n vinculadas a otras piezas maestras. La primera es el llamado manto de malla de 1900 que, con el palio rojo de 1908, marcaron la gran revoluci\u00f3n est\u00e9tica de la dolorosa de la Madrugada en los primeros lustros del siglo XX. Todos esos enseres, adem\u00e1s, nos conducen a un hecho fundamental para entender la eclosi\u00f3n del fervor macareno: la llamada \u2018Coronaci\u00f3n popular\u2019, inspirada por Mu\u00f1oz y Pab\u00f3n, que se celebr\u00f3 Viernes de Dolores de 1913, un a\u00f1o que coincide \u2013nada es casual- con el comienzo de la Edad de Oro del toreo. Joselito, en esos momentos, ya era miembro de la junta de gobierno de la corporaci\u00f3n de San Gil.<\/p>\n Gallito, en definitiva, puso a los pies de la Virgen la Esperanza todo el fervor heredado de su madre, la bailaora gaditana Gabriela Ortega, ferviente devota de la Esperanza a la que segu\u00eda descalza, como penitente de promesa, en su estaci\u00f3n de la Madrugada. A la casa de la Alameda de H\u00e9rcules no le faltaba una capilla en la que Jos\u00e9 har\u00eda entronizar una peque\u00f1a imagen de la Macarena que est\u00e1 hoy depositada en una casona de la localidad c\u00e1ntabra de Tudanca formando parte del legado de Jos\u00e9 Mar\u00eda de Coss\u00edo.<\/p>\n Pero hay m\u00e1s: uno de los primeros regalos entregado por el joven diestro a la Virgen de la Esperanza fue el conocido imperdible de la onza de oro. Tambi\u00e9n sufrag\u00f3 los candelabros de cola de Seco Imberg, desaparecidos en 1936. Siendo a\u00fan novillero, el 14 de agosto de 1912, actu\u00f3 desinteresadamente en un festival en la plaza de la Maestranza. Se trataba de recabar fondos para financiar esa fastuosa corona de oro que hab\u00eda dise\u00f1ado Juan Manuel. Se estaba labrando en la joyer\u00eda Reyes, en la actual calle \u00c1lvarez Quintero. De las 12.500 pesetas que cost\u00f3 la joya, 3.000 salieron de aquel festejo toreado por Joselito, que tres a\u00f1os despu\u00e9s volver\u00eda a rascarse el bolsillo para seguir atendiendo la desbordante imaginaci\u00f3n de su amigo Rodr\u00edguez Ojeda. Juan Manuel dise\u00f1\u00f3 las corazas de costillas que llevaron los armaos hasta la reforma de Jes\u00fas Dom\u00ednguez, ya en la d\u00e9cada de los 50 del pasado siglo XX. Para ello, no dud\u00f3 en volver a torear a beneficio de la hermandad en la ef\u00edmera Monumental en junio de 1916 y en octubre de 1919. A este ajuar se sum\u00f3 con el tiempo la conocida saya blanca confeccionada con los bordados de uno de sus vestidos de torear.<\/p>\n La tradici\u00f3n oral marca que en la Madrugada de 1920, vestido de nazareno delante de la Virgen, pregunt\u00f3 a Juan Manuel cuanto pod\u00eda costar un varal de oro. \u201cMuch\u00edsimo, Jos\u00e9\u201d le respondi\u00f3 el dise\u00f1ador. \u201cPues si Dios quiere, el a\u00f1o que viene lo va a tener\u201d. Pero Joselito ten\u00eda aquella cita ineludible en Talavera de la Reina. La hermandad no obtuvo autorizaci\u00f3n para enterrar al torero a los pies de la Virgen de la Esperanza en su antigua capilla de San Gil pero Rodr\u00edguez Ojeda levant\u00f3 una impresionante maquinaria funeraria rematada con su vara de consiliario. Ya hab\u00eda cubierto de gasas negras a la Virgen. Muerto Jos\u00e9, Juan Francisco Mu\u00f1oz y Pab\u00f3n emplear\u00eda las p\u00e1ginas de El Correo de Andaluc\u00eda para abroncar a la alta burgues\u00eda agraria y la aristocracia de la \u00e9poca \u2013se hab\u00edan echado las manos a la cabeza por los funerales catedralicios del torero- en un memorable art\u00edculo que fue compensado con una pluma de oro sufragada por cuestaci\u00f3n popular. Aquella pluma fue entregada a la Virgen de la Esperanza. Con las mariquillas art dec\u00f3 y la corona de Reyes recuerdan hoy la memoria de Jos\u00e9 enhebrada a su Virgen de la Esperanza.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" La Hermandad de la Macarena y la C\u00e1tedra S\u00e1nchez Mej\u00edas de la Universidad Hispalense presentan el programa de actos del centenario de la muerte de Jos\u00e9 G\u00f3mez Ortega \u2018Gallito\u2019. 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