Arrancaba la Feria de Otoño en Las Ventas y llegaba David Galván estrenando un elegante terno aguamarina y plata para la ocasión.
Brindó al respetable a su primero de Garcigrande, un toro noble pero desentendido al que Galván le arrancó un impecable inicio de faena por estatuarios rematados con dos soberbias trincherillas por bajo. Faena basada en la mano izquierda en la que toreó con mucho gusto y temple al natural. Saludó una fuerte ovación en una faena de premio que se escapó por el uso del descabello.
El quinto de Juan Pedro Domecq, fue un toro muy complicado para triunfar en Madrid, parado y justo de fuerza le arrancó muletazos de importancia en una faena en la que la colocación fue perfecta.
