Tarde de ‘no hay billetes’ en Las Ventas con toros de diferentes hierros y encastes, en la que la atención se centró en la lidia del quinto ejemplar de la corrida, toro de muchas virtudes de Victoriano del Río al que firmó una faena rotunda y maciza Fernando Adrián, que de no haber pinchado le habría posibilitado atravesar de nuevo el umbral de la Puerta Grande del coso venteño. José María Manzanares y Pablo Aguado dejaron pasajes lucidos tanto con el capote como con la muleta, destacando también el manejo de la espada por parte del diestro de Alicante.
Plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Séptimo festejo de la Feria de San Isidro. Lleno de ‘no hay billetes’. Astados de Puerto de San Lorenzo (1º y 2º), Victoriano del Río (3º y 5º) y La Ventana del Puerto (4º y 6º). Los toros fueron nobles pero salvo el quinto, de Victoriano del Río, que fue bravo, encastado, con fijeza, codicia y entrega, el resto estuvieron carentes de transmisión y emoción.
José María Manzanares: Palmas y Silencio.
Fernando Adrián: Silencio y Vuelta al ruedo tras aviso.
Pablo Aguado: Silencio tras aviso y Silencio.
Incidencias.- Al terminar el paseíllo, se guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria de José Gómez Ortega ‘Gallito’, en el 105º Aniversario de su fallecimiento.
Pablo Aguado fue asistido en la enfermería de un corte en el dedo pulgar de la mano derecha, que precisó de varios puntos de sutura.
1º ‘Fardero’, Nº 58 (Puerto de San Lorenzo). Cumplió el toro en varas. Gran quite por saltilleras de Fernando Adrián, tarjeta de presentación con personalidad del diestro madrileño. Buenos pares de banderillas dejaron sobre el morrillo Diego Vicente y Luis Cebadera, con oficio. La faena de José María Manzanares estuvo condicionada por la condición del toro, noble pero con una clara tendencia a la huida, a buscar tablas tras cada muletazo. El torero de Alicante le dejó la franela puesta en la cara para provocar que el animal la siguiera y no saliera suelto, logrando varias tandas de mérito. Por encima, Manzanares de su antagonista, que terminó rajado por completo. Estocada arriba. Palmas.
2º ‘Yegüero’, Nº 103 (Puerto de San Lorenzo). Variado recibo capotero, por verónicas y chicuelinas en el centro del ruedo, de Fernando Adrián al segundo de la corrida. Magnífico quite por verónicas de Pablo Aguado, instrumentadas con despaciosidad y naturalidad, con suavidad. Se desmonteró Marcos Prieto tras colocar dos pares de banderillas cuadrando en la cara, reunidos. Brindó Fernando Adrián su faena al Alcalde de Madrid, D. José Luis Martínez-Almeida. Duró un suspiro el ejemplar de la vacada salmantina, ya que después del inicio del trasteo con estatuarios y un pase cambiado por la espalda, el burel se vino abajo y se paró. Lo mató el espada de Torres de la Alameda de dos pinchazos y estocada tendida. Silencio.
3º ‘Dulce’, Nº 66 (Victoriano del Río). El tercero de la tarde fue un toro noble pero con la transmisión y la raza justas. De la faena de Pablo Aguado sobresalieron varios naturales, ejecutados con limpieza, largura y temple pero sin poder ligar ni exigirle a su oponente por la condición apuntada. Posteriormente, marró con los aceros, produciéndose un corte en la mano derecha en la primera de las entradas. Silencio tras aviso.
4º ‘Yegüero’, Nº 83 (La Ventana del Puerto). Templado quite a la verónica después del paso por el peto de Fernando Adrián. El toro fue noble pero embistió con cierta sosería y falta de emoción. De ahí que la labor con la franela de José María Manzanares fuera templada, siendo mejores las tandas con la mano derecha, puesto que por el izquierdo el astado se quedó más corto y echaba la cara arriba, pero no conectara con los tendidos. Oficio de Manzanares, que lo pasaportó de un buen espadazo. Silencio.
5º ‘Frenoso’, Nº 95 (Victoriano del Río). Se empleó el toro de la ganadería madrileña en varas, con la cara abajo y empujando con entrega. Fernando Adrián inició su faena con un pase cambiado por la espalda de rodillas en el mismo centro del ruedo, prosiguiendo después con series rotundas y redondas por los dos pitones. El animal de Victoriano del Río repitió con codicia, entrega y bravura tras el engaño que manejaba el torero de Torres de la Alameda. Por abajo embistió el burel y por abajo lo toreó Fernando Adrián. Todo muy de verdad, encajado, asentado en los riñones, con la plaza de Madrid en pie al término de la cada tanda de muletazos. El cierre con bernadinas de mucho ajuste y muletazos al paso para dejar al astado en el lugar apropiado para entrarle a matar, fue de categoría. Lástima el fallo con los aceros porque, sin duda, era faena de premio gordo. Vuelta al ruedo tras aviso para Fernando Adrián y fuerte ovación en el arrastre para el ejemplar de Victoriano del Río.
6º ‘Resistemucho’, Nº 37 (La Ventana del Puerto). El toro que puso punto y final a la corrida no se empleó en varas, antes al contrario, se repuchó. Noblón el cornúpeta de La Ventana del Puerto pero también muy soso y con las fuerzas justas. El trasteo de Pablo Aguado tuvo pasajes templados, con el gusto y la torería propias del diestro sevillano pero no pudo tener lucimiento mayor por lo apuntado con anterioridad sobre el burel de la vacada de Salamanca. Casi media estocada y descabello. Silencio.
Crónica de Carmen de la Mata