Oreja para el venezolano Fernando Vanegas en Tamames, España

La Plaza de Toros de Tamames se vistió de gala para acoger una de las novilladas más intensas de la temporada, resultando en un rotundo éxito ganadero y artístico. Con novillos de Miranda de Pericalvo –de presentación impecable y excelente juego– y un ejemplar de la divisa de Castillejo de Huebra, la tarde fue un caudal de bravura y clase.

Entre el triunfalismo de la tarde, es imperativo destacar la seria y valiosa actuación de Fernando Vanegas. El novillero venezolano, que hace carrera en ruedos peninsulares, se enfrentó a un novillo noble y fácil, pero que exigía la precisión y el tacto del matador. 

Vanegas demostró el gran momento que atraviesa, administrando con temple y suavidad las embestidas de su oponente. Su labor fue dibujando con lentitud muletazos largos y de trazo sutil, llevando al novillo a media altura, aprovechando las virtudes del animal sin ahogarlo, dejando ver ese sello particular de los toreros de su tierra. Una faena bien estructurada que se vio justamente premiada con una oreja, sumando así un nuevo y valioso trofeo que cimenta su estatus como una de las esperanzas más firmes de la tauromaquia en Venezuela.

El punto álgido de la jornada llegó con el tercer novillo, lidiado por Noel García. Este ejemplar de Castillejo de Huebra fue un dechado de calidad, galope y humillación, mereciendo de forma unánime el premio póstumo de la vuelta al ruedo. Noel García supo entender y aprovechar la excelsitud del astado, firmando una faena de gran ligazón, temple y acople que encandiló a la afición. El triunfo fue inapelable: dos orejas y rabo, la máxima recompensa.

Completaron el cartel Javier Torres «Bombita», quien a pesar de lidiar un novillo con menos fuerza, sacó el pellizco sevillano de su repertorio para cortar una oreja, y Álvaro Rojo, quien fue silenciado en su labor aunque se mostró voluntarioso ante un novillo encastado, cerrando así una tarde de ensueño.  Carlos Alexis Rivera CNP 10746 foto: Archivo