Galería de Ruiz Velasco en Sanlúcar

5º Ruiz de Velasco firma una faena de expresión y temple ante «Escribiente»

La entrega y el concepto de Ruiz de Velasco quedaron patentes frente a “Escribiente”, un novillo de buena condición al que el joven torero fue entendiendo poco a poco, construyendo una faena de ritmo creciente, temple y personalidad. Su labor, marcada por la expresión en los toques y el ajuste en las distancias, tuvo pasajes de gran calado en los tendidos. Recibió a su oponente con un farol de rodillas que marcó el tono de su disposición. Ya con la muleta, inició su faena también genuflexo en el tercio, donde fue probándolo por ambos pitones. El inicio, en el que llegó a ser desarmado, no mermó su ánimo, y pronto volvió a la cara del novillo con firmeza. Por el pitón derecho comenzó a construir su obra, dándole sitio, bajándole la mano y llevándole largo. Acortó las distancias con decisión, y con la pierna atrás lo fue llevando en redondo, aprovechando la nobleza del animal. Con ritmo y pulso, ligó una tanda de buena factura, y enseguida cambió al pitón izquierdo, citando de lejos a un novillo que respondió desplazándose con calidad. Por ese pitón dejó una serie de naturales de uno en uno, templados y con cadencia, que llegaron con claridad al tendido. Retomó la mano derecha, volvió a asentarse con la pierna retrasada y, tirando de recursos personales, aderezó su faena con adornos sobrios. Otra vez al natural, acompañó los muletazos con la cintura, firmando una tanda de expresión que cerró de rodillas con un desplante que caló en la plaza. Como epílogo, volvió a dar el pecho para rematar con naturales, y a la tercera entrada logró dejar una estocada que fue suficiente. Una faena de sensibilidad, entendimiento y gusto ante un novillo colaborador, que permitió a Ruiz de Velasco mostrar su concepto de toreo y su capacidad de ir construyendo una obra sólida desde el inicio hasta el final. Oreja tras aviso. 

Galería de José María Estévez Romero «Tapi»