La madurez de Galdós y la disposición de Román, por encima de todo.

El viento y el pobre juego del ganado jugaron a la contra en la segunda tarde del ciclo caleño. Fue la experiencia y capacidad de los toreros lo que permitió sacar algo en limpio del festejo. 

La segunda corrida de abono en la Feria de Cali dejó una sensación contenida. Tras el notable encierro de Campo Real en la edición pasada, las expectativas eran altas. Esta vez, sin embargo, el conjunto tuvo menos brillo: la corrida, escasa de presentación, ofreció pocas opciones de lucimiento. Aun así, los toreros pusieron de su parte, con mayor o menor fortuna, para levantar una tarde que no terminó de tomar vuelo.

Román se topó con un primero sin transmisión, reservón y apagado, que impidió cualquier posibilidad de lucimiento. Con el cuarto, que salió con cierta viveza y permitió un breve pero vistoso quite por collejas junto a Galdós, trató de apostar por la distancia, pero el toro se desfondó pronto. La disposición no bastó para remontar y el mal manejo de la espada pesó en ambos turnos. 

Joaquín Galdós firmó lo más destacado de la función. Su primero, aunque justo de todo, permitió hilvanar una faena templada, especialmente por el pitón izquierdo, en la que fue construyendo su labor desde la suavidad hasta la exigencia. La media estocada le valió una oreja. En el quinto, con un viento que molestó toda la tarde y un toro de embestida irregular, dejó pasajes de firmeza sin que la obra terminara de redondearse. Fue ovacionado. 

Javier Zulueta lidió un tercero que pedía técnica precisa y planteamiento claro. Se vieron algunos detalles sueltos, pero la faena no cuajó. En el sexto, un toro con movilidad y complicaciones que prendió a Anthony Dixon sin consecuencias graves, el sevillano no llegó a confiarse. Terminó la lidia entre disculpas, tras un conjunto desdibujado y sin acierto con la espada. 

FICHA DEL FESTEJO: 

Sábado 27 de diciembre. Plaza de toros de Cañaveralejo, Cali (Colombia). Segunda de feria. Alrededor de un tercio de entrada en tarde soleada. 

Toros de Campo Real, de escasa presencia y juego en general. 

Román, (de sangre de toro y oro), silencio tras dos avisos y silencio tras aviso

Joaquín Galdós, (de burdeos y oro), oreja y ovación. 

Javier Zulueta, (de verde botella y azabache), silencio tras aviso y pitos.