Triunfador del Circuito de Madrid y con 24 novilladas en la temporada, el novillero madrileño afronta su crecimiento con ambición y disciplina
Constante, humilde y ambicioso, el joven madrileño ha firmado una temporada que ha marcado un punto de inflexión en su carrera. Triunfador del Circuito de Madrid y protagonista de 24 paseíllos durante el año, Serrano se ha ganado un lugar destacado en el escalafón novilleril gracias a una evolución sólida y un concepto cada vez más definido. “Ha sido una temporada de ensueño”, confiesa, satisfecho pero consciente de que su camino no ha hecho más que empezar.
El Circuito de Madrid ha supuesto un impulso decisivo para su proyección. Lo explica con claridad y sin artificios: “El Circuito de Madrid me ha aportado la oportunidad de darme a conocer al aficionado y que puedan ver mi toreo y lo que llevo dentro, lo que quiero llegar a ser”. Su participación en el certamen no solo le permitió sumar experiencias y contratos, sino también crecer como torero: “Ha sido un año muy redondo para mí, en el que he tenido mucha evolución y he disfrutado mucho en la plaza”.
Para Serrano, representar a su tierra es una responsabilidad que asume con orgullo. “Supone para mí un gran orgullo poder representar a Madrid”, afirma. “Es una oportunidad para seguir mostrando mi concepto y que la gente siga viendo cómo evoluciono como torero”. Consciente de que cada tarde cuenta, afronta sus compromisos con serenidad y determinación: “Espero que sea una tarde redonda, que embista el novillo, poder cuajarlo y cortar las orejas”.
No rehúye la competencia ni se esconde detrás de excusas. Lo tiene claro: “Cada uno tenemos nuestras armas y yo tengo las mías. Vamos a dar lo mejor de nosotros mismos”. Su preparación es diaria y sostenida en el tiempo. No hay secretos: disciplina, sacrificio y una mentalidad firme. “La mejor preparación ha sido torear todo lo que he toreado este año. Ahora, que tenemos un poco de tiempo de parón, seguimos entrenando y preparándonos mentalmente para lo que venga”.
Aunque su vida gira alrededor del toro, no abandona su formación académica. Estudia deporte porque, según explica, “siempre hay que tener algo por lo que pueda pasar”. Sin embargo, no lo ve como un plan alternativo, sino como una herramienta útil para el toreo. “El deporte me aporta la sabiduría de cómo entrenar bien, cómo recuperarme de lo que me pueda pasar. Sí que está relacionado con el mundo del toro porque te ayuda a conocerte físicamente”.
En su evolución personal y taurina ha influido la figura del maestro con el que trabaja actualmente. “Admiro a muchos grandes toreros, pero ahora tengo la suerte de trabajar con el maestro Alberto Aguilar, y es un torero al que admiro mucho”, asegura.
Con ilusión y determinación, Álvaro Serrano mira hacia adelante con los pies en la tierra y la vista en el horizonte. “Tengo la oportunidad de darme a conocer en el mundo del toro y seguir creciendo como torero”, afirma. “Quiero que la gente vea quién soy en la plaza”.