¿Quién salía por la Puerta Grande de La Malagueta? ¿David de Miranda o La Macarena? Por un momento, mi mente me ha jugado una mala pasada. ¡Pero si estamos en Málaga!, me digo al instante. No lo sé, pero esa imagen en televisión de la afición esperando a que el torero cruzara el dintel de esta Puerta Grande, tan honradamente ganada, me inspiró a las imágenes que nos muestra la televisión andaluza en sus retransmisiones de la madrugá sevillana, esperando a la Esperanza Macarena en su salida procesional. No se si esto es una estupidez, pero es que le pese a quien le pese, Sevilla va a sus espaldas. Es el único triunfador de la Feria de Abril, rotundamente, y él, David de Miranda, sin aspavientos ni pretensiones, solo lo quiere demostrar una y otra vez como se demuestran las cosas, con la espada y la muleta.
No voy a entrar en comparaciones, de hecho, casi siempre son odiosas. Hoy, de nuevo, David de Miranda ha dejado el listón alto, muy alto. Literalmente se ha jugado la vida, seguramente con el corazón encogido por saber que siempre tiene que dar golpes en la mesa para que todo el mundo se entere de una vez por todas que merece, por derecho propio, estar en todas las ferias. Espero que este sea un definitivo porrazo que haga despertar al sistema.
Y digo con el corazón encogido, además, porque su talante es firme. Desprende serenidad, humildad e incluso transmite tranquilidad. Sin embargo, esa medida tan equilibrada de emociones junto al inevitable miedo, le hacen calibrar su entrega, su valor y capacidad.
He visto los pitones rozándoles los muslos ya en el quite del toro de Roca Rey mientras se lo pasaba inmóvil. Valor seco en su máxima expresión con dos toros que vendieron cara su vida. Faenas de una dimensión exponencial con dos bureles muy complicados, aguantando parones, miradas y pisando terrenos comprometidos y, que gracias a la seguridad del de Trigueros, apostando todo a una, ha salido victorioso de dos peleas dignas de un gran combatiente. Ha arrasado porque a cara o cruz se la ha jugado y todo el mundo lo ha visto. No le ha importado tener asegurada su salida a hombros, ha luchado hasta el final, con todo lo que tiene dentro, con valentía e integridad. Arrojo, aplomo, torería y vergüenza torera.
Para enmarcar la tarde de toros en Málaga, ésta del 19 de agosto de 2025. El torero de Huelva es de verdad, hoy ha toreado con la verdad y ha ido a la verdad. Esa verdad que siempre sale a la luz y que solo tiene un camino, el triunfo soñado tan a pulso ganado.
La pincelada de Rocío Molina Pineda