Vicente Ruiz Soro, “El Soro”, figura destacada del toreo en las décadas de 1980 y 1990, ha compartido con los socios y socias del Club Cocherito de Bilbao sus experiencias vitales y su dilatada trayectoria, repleta de trances y sucesos alegres y traumáticos, en el transcurso de un coloquio celebrado en la noche del martes, día 10 de junio. El encuentro con el maestro valenciano, símbolo de la innovación, la entrega y la valentía en el ruedo, fue presentado por Laura del Rey, vicepresidenta del Club, y conducido por Aitor Vian, miembro de la Junta Directiva.
En el transcurso del coloquio, del que también salieron toques de trompeta, “El Soro” puso de relieve su condición de hombre con suerte. “A pesar de las muchas dificultades que he tenido en la vida —dijo— he podido con todas. Pude con la enfermedad que me llevó a estar postrado en una silla de ruedas, pude con tres infartos, dos anginas de pecho, una sepsis, me dieron la extremaunción… Yo siempre digo que el puntillero marró y me levanté en el último momento”.
Entre las frases que dijo el creador de las suertes de “el molinillo” y “la moviola” figuran las siguientes:

- “Mi carrera se ha forjado a base de sentimientos y emociones y de innovar. He tratado de ser distinto a los demás; me considero una persona creativa”.
- “He sido tocado por la varita de Dios”. (En referencia a la superación de las múltiples contrariedades que ha tenido en su vida, entre ellas las 69 operaciones con anestesia general; 49 en su pierna izquierda).
- “Era un hombre espiritual, con una capacidad de trabajo, lucha y sacrificio como pocos he conocido. Me forjé con él y aprendí a ser un hombre”. (En referencia a Francisco Rivera, “Paquirri”, a quien considera un auténtico hermano y del que aprendió todo lo que hay que hacer en el ruedo).
- “Queríamos ser toreros para ganar dinero y ahora, tienes que tener dinero para ser torero. Cómo cambian las cosas”.
- “Si no fuera torero, la vida prácticamente no tendría razón de ser”. (Sobre sí mismo).
La vinculación de “El Soro” con Bilbao se remonta a 1983. Ese año había sido anunciado en los carteles de las Corridas Generales, que fueron suspendidas a consecuencia de las inundaciones. Debutó en Vista Alegre un año después, con una corrida de Buendía, compartiendo terna con su recordado Paquirri y con Esplá. “El Soro”, único superviviente de la trágica tarde de Pozoblanco, siguió toreando en Bilbao en los años 80, generalmente acompañado de Esplá y de Víctor Mendes. Tal y como señaló Laura del Rey en la presentación del coloquio, se recuerda al distro valenciano con gran afecto por su condición de torero innovador y por sus cualidades como persona.