Emilio de Justo por la puerta grande de Mont de Marsan

Plaza de Toros de Mont de Marsan

Pulcritud en el manejo de las telas, mostro el galo Juan Bautista en el primero de su lote, un ejemplar al que ejecuto una faena de buen corte, metiendo en vereda a su antagonista, no fue suficiente con la media que le recetó y preciso de la cruceta para finiquitar su primer encuentro con los de la Quinta.

Noble fue el cuarto de tarde y Juan Bautista le saco cuanto tenía y no fue a más por la lluvia que deslució la faena.

Sencillamente soberbio estuvo Emilio de Justo en el primer ejemplar de su lote. Un toro de la Quinta de bella lamina al que extrajo hasta la última gota de nobleza y casta. Enjareto una faena medida y pausada, en su tiempo y tempo, donde los vuelos de la pañosa dejaban pasear por el albero las cadenciosas embestidas de su enemigo. Un soberbio espadazo le colocaban con el doble trofeo en sus manos.

Ante el quinto dejó muestras del gran momento que atraviesa, en una faena por ambos pitones ante un ejemplar que tenía que exponer.

No tenía fuerzas el tercero de la tarde que le cupo en suerte a Thomas Dufau, mejor por el pitón derecho donde le pudo robar algunos muletazos, no tenía la misma clase por el izquierdo. Se atascó con los aceros y escucho un aviso.

Se enfrasco en una faena que no tenía visos de lucimiento ante un astado que buscaba tablas y no dejó mostrar las maneras del galo.

Ficha del Festejo

Toros de La Quinta, ovacionado el primero en el arrastre.

Juan Bautista, aplausos / oreja

Emilio de Justo, dos orejas / oreja

Thomas Dufau, silencio tras aviso / ovación

Incidencias.- Lleno de no hay billetes

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