ESPINAS QUE SALEN, OTRAS QUE QUEDAN

La tarde pintó calurosísima y el sol chirriaba en las paredes del colorao de esta bella plaza. Dificultades para acceder a ella, ambientazo de los grandes en sus alrededores, la policía a caballo, el gentío que se refrescaba tomando algo en las barras de los bares aledaños en los bajos del coso. La calle ya era una fiesta. Por fin llego a la Puerta Grande sorteando los muchos obstáculos para llegar. Allí está Arizmendi con su cámara de fotos sacando a la gente guapa de Huelva y a mí me tocó hoy una con mi genial amigo Alejandro Martínez, “el niño de las banderillas”, que tan buen trabajo artesanal hace para que reluzcan esos rehiletes cada tarde mercedaria.

Es verdad que las del toreo a pie sí han finalizado para este ciclo de festejos taurinos en la Feria de Colombinas de 2025. Con esa sensación de que a esto le queda poquito, esta tarde de cartel de relumbrón ha quedado casi incolora porque la materia prima no ha estado a la altura de lo realmente esperado. Un conjunto bien presentado de Loreto Charro, toros de volumen dignos de plaza de primera pero como siempre, melones por calar. Y cuando se han partido estos melones, ha habido de todo un poco, como en botica.

Los colores lo pusieron ya en sus trajes impolutos los de la terna. Morante de la Puebla, de agua marina y blanco, Daniel Luque, de azul marino y oro rematado en hilo blanco, y Juan Ortega, con un vestido color canela y oro.

Dispuesto los toreros a dar una tarde entretenida en la quedaron la entrega indiscutible de Juan Ortega, que vino a quitarse su espina con Huelva y no creo yo que se la haya sacado del todo. Lo poco que le han ofrecido los dos de su lote, lo aprovechó lo mejor que pudo, y aunque se ha llevado la oreja del sexto, Juan Ortega deja muestras delicatesen en su toreo. Pero aún no lo hemos podido ver en su plenitud.

En división de opiniones se marchó Morante de la Puebla, él con más pena que gloria, lo llevaba dibujado en la cara, tampoco lo tuvo fácil con su primero, le cortó la oreja, pero vimos momentos que solo el maestro sabe dar. Con su segundo, nada. Nada es nada. Abreviando que es gerundio y finiquitó. El tendido, bronca y aplausos, Morante cabizbajo, no ha podido tampoco dejar huella en Huelva hoy.

La tarde entera para Daniel Luque. El mejor lote, con su primero de vuelta al ruedo, firma la posible obra de la feria. Sobrado en todos los tercios, el toro de bandera de Loreto Charro. Con el segundo de su lote, firmeza en la muleta del de Gerena tras un emotivo brindis a Morante, que, en palabras del maestro, “son cosas privadas que hemos vivido y se quedan para él y para mí”. Rivalidad en el ruedo, compañerismo puro, de personas afines sabiendo que al final, la vida es lo que uno viene aquí a jugarse.

Las espinas y las heridas que quedan. Morante hoy se la llevó clavada, la de Ortega seguro que aún tiene más por sacar.

Artículo de Rocío Molina Pineda