Fuegos artificiales

En la Vega Larga por José Luis Trujillo del Real

Cuando Christian González miraba hacia el palco esperando la concesión de los trofeos tras la faena del bravo quinto, para el que nadie pidió el pañuelo azul, el cielo de Huelva se iluminaba con el reflejo de los fuegos artificiales y artificiales, son a veces los criterios de los palcos.

Coincidimos con el maestro Curro Romero, cuando decía aquello de «que las orejas son despojos», pero la concesión de los trofeos corresponde a quien saca el pañuelo. Siempre defiendo que quien se sienta en una presidencia debe ser ante todo aficionado, y un aficionado debe de saber decir no a la concesión de trofeos por faenas menores y saber exaltar desde su criterio, -la segunda oreja siempre es potestad suya- la concesión de un segundo trofeo.

Ayer Zulueta merecía una segunda oreja en su primero, su faena en nuestra opinión mereció más premio, como de haber matado bien a su primero Carlos Tirado se hubiera merecido por derecho propio las dos orejas que sí le concedieron en su primero y que no hubiera pasado nada por haberse dejado en una. Desde los palcos también se debe de educar al público, ya que aficionados, cada vez quedan menos, y hablando de aficionados, una pena que nadie hubiera ni siquiera sugerido una vuelta al ruedo para el bravo novillo lidiado en 5º lugar.

Al final todo queda en eso… fuegos artificiales.