3º Carlos Tirado se impone con oficio ante un complicado «Ibicenco»
Con firmeza y temple, Carlos Tirado enfrentó a «Ibicenco», un novillo que no terminó de romper y exigió al joven espada sacar a relucir su capacidad de adaptación y su sentido del oficio. Aunque la faena no alcanzó cotas de brillo, dejó pasajes de mérito frente a un oponente cada vez más a la defensiva. Desde el recibo capotero, Tirado no logró estirarse con comodidad. El de Fuente Ymbro no se entregó de salida, y el saludo con el capote quedó sin la profundidad deseada. Brindó la faena al público de Sanlúcar, y de rodillas en el tercio comenzó a someterlo por ambos pitones, buscándole las vueltas a un animal que mostraba más nobleza que clase. Por el pitón derecho, fue perdiéndole pasos y aprovechando la inercia para ligar los muletazos. El novillo seguía el engaño, pero punteaba la muleta y descomponía las tandas, lo que restaba limpieza al trazo. Al natural, Tirado intentó someterlo de uno en uno, tirando de técnica para mantener la compostura de la faena. Montó la muleta nuevamente sobre la diestra, y con un molinete como prólogo, le robó algunos pases sueltos a media altura. El novillo, cada vez más parado, requería mando y decisión: ya no quería pelea, y obligaba al torero a atacarle para mantenerlo en la faena. Consciente de que no había mucho más que sacar, Carlos Tirado optó por no alargar la faena. La suerte suprema, sin embargo, no estuvo de su lado. Tuvo dificultades para cuadrar al novillo: pinchó en dos ocasiones antes de que el animal se echara. Fue levantado, volvió a pinchar, y finalmente «Ibicenco» se echó por segunda vez, siendo apuntillado en el ruedo. Una actuación honesta, de esfuerzo y voluntad, ante un novillo que nunca terminó de entregarse y que puso a prueba la capacidad de resolución del novillero. Ovación con saludos tras aviso.
Galería de José María Estévez Romero «Tapi»





































