Excelente novillada de Conde de Mayalde, tanto en presentación como en juego. Todos los animales, en mayor o menor medida, ofreció posibilidades y opciones de lucimiento a los toreros. El lote de Tomás Bastos fue, posiblemente, el más completo. Gonzalo Capdevila llegó a Villaseca de la Sagra con la idea clara de triunfar por lo civil o por lo criminal. Y eso es lo que hizo el espada de El Puerto de Santa María que salió de la enfermería herido por partida triple para torear al ralentí y cortarle la oreja al astado que le hirió. Javier Zulueta consiguió pasajes muy lucidos en ambos novillos, mostrando un toreo de muchos quilates, y con un temple extraordinario. Lo de Tomás Bastos fue un punto y aparte. Dos faenas rotundas, redondas, imposible o casi torear mejor y más lento, más asentado, más encajado y más de verdad. Lástima el fallo con la espada en el sexto porque el trasteo era de premio muy gordo. Conquistó la oreja del tercero.
Plaza de toros de ‘La Sagra’ de Villaseca de la Sagra (Toledo). Cuarta novillada del Alfarero de Oro. Tres cuartos de entrada. Astados de la ganadería de Conde de Mayalde, con presencia de toros varios de ellos, de gran cuajo y seriedad. Notable encierro de la divisa toledana, que tuvo nobleza, clase y entrega en sus embestidas. Tercero y sexto, los mejores. El que cerró el festejo, ‘Enarbolado’, fue premiado con la vuelta al ruedo.
Gonzalo Capdevila: Ovación y Oreja.
Javier Zulueta: Silencio tras aviso y Ovación tras leve petición.
Tomás Bastos: Oreja y Ovación con saludos.
Incidencias
Como cada tarde de toros en Villaseca, sonó el Himno de España al terminar el paseíllo.
Parte médico de Gonzalo Capdevila
Gonzalo Capdevila presenta una cornada de 10 centímetros en la ingle izquierda. También una herida en el escroto y otra penetrante en la zona derecha del abdomen.
1º ‘Carcelero’, nº 60. A portagayola se fue Gonzalo Capdevila para recibir al animal que abrió la novillada. Castigo medido para el ejemplar de Conde de Mayalde. Quite por delantales de Javier Zulueta, al que contestó Capdevila por chicuelinas, que abrochó con una excelente media. De rodillas, primero con un pase cambiado por la espalda y después en redondo, empezó su faena el novillero gaditano. Muy templado, conduciendo con pulso la embestida de su antagonista Gonzalo Capdevila. Muy despacio toreó el espada de El Puerto de Santa María, que además estuvo muy firme y muy asentado de plantas con el noble burel de la vacada toledana. Arrimón sincero de Capdevila en el tramo final del trasteo. Pinchazo y estocada arriba. Ovación.
2º ‘Segurito’, nº 66. Muy templado fue el saludo capotero de Javier Zulueta al segundo de la tarde. El cornúpeta derribó al picador Pedro Morales ‘Chocolate’, sin consecuencias. Se empleó con codicia y bravura en varas. Gran quite a la verónica de Tomás Bastos. Buena labor lidiadora de Daniel Duarte. Se paró bastante en el tercio final el novillo de Conde de Mayalde, desplazándose con nobleza aunque a veces protestando por la limitada raza. Javier Zulueta sobresalió toreando por naturales, logrando algunos de muy buen trazo, aunque al conjunto le faltó emoción por la apuntada condición del utrero. Posteriormente, marró con los aceros el espada sevillano. Silencio tras aviso.
3º ‘Chorlito’, nº 50. Muy suelto de brazos Tomás Bastos para recibir al tercero de la novillada. Buena vara, la primera, que suministró Antonio Prieto, midiendo más en la segunda. Magnífico quite a la verónica de Gonzalo Capdevila, toreando muy despacio nuevamente. Replicó Tomás Bastos por el mismo palo, rematando con una soberbia media. Sensacional faena del novillero luso, cuajando tandas por ambos pitones de muletazos al ralentí. El burel fue noble y con mucha clase, si bien le faltó mayor empuje y motor. Los derechazos y los naturales brotaron de la pañosa de Tomás Bastos despaciosos, largos, con gusto y expresión. Se olvidó del cuerpo el torero, deletreando su particular concepto de la tauromaquia en un escenario de la importancia de Villaseca de la Sagra. Toreo de cante grande de Tomás Bastos en el Alfarero de Oro. Concluyó su extraordinaria obra con luquesinas. Estocada algo desprendida volcándose. Oreja.
4º ‘Descreído’, nº 12. A la puerta de chiqueros se fue nuevamente Gonzalo Capdevila, que fue cogido de forma dramática en la larga cambiada en el tercio posterior. Fue conducido de manera inmediata a la enfermería, haciéndose cargo de la lidia Javier Zulueta. Bien con el capote Daniel Duarte y con los palitroques Manuel Ángel Gómez. Salió finalmente de la enfermería Gonzalo Capdevila para tomar muleta y espada y realizar una heroicidad. Herido en la ingle izquierdo, con un vendaje que poco a poco se fue llenando de sangre, hilvanó un quehacer de una entrega absoluta, de mucha verdad y del toreo del bueno. Se templó y ralentizó la embestida de otro buen novillo de Conde de Mayalde, que atesoró nobleza, fijeza y clase. Muy despacio volvió a torear el de El Puerto de Santa María, que además no hizo ningún gesto a la galería de dolor pese a la sangre que manaba de la parte alta de su muslo izquierdo. Entereza y vergüenza torera de Gonzalo Capdevila. Pinchazo y espadazo levemente desprendido. Oreja. Mostró el apéndice al respetable y se fue otra vez para la enfermería para ser atendido por los médicos.
5º ‘Guardamontes’, nº 9. Buena condición evidenció también el quinto de la novillada, humillando en el peto. Templado quite por tafalleras de Tomás Bastos. Esperó y cortó en banderillas el animal de Conde de Mayalde. Exquisita faena de Javier Zulueta, con pasajes de toreo muy lento, consiguiendo llevar muy embebido a su antagonista hasta el final del viaje. Muy buena colocación, danto el pecho y enganchando con las yemas de los dedos por parte de Zulueta que firmó muletazos, sobre todo al natural, de carteles de toros. Así fueron también los cambios de mano y los pases de pecho. El cierre de su labor con ayudados tuvo sabor y torería. Nobleza y calidad la del ejemplar de la vacada toledana, que lució una lámina magnífica. Estocada algo contraria y trasera. Ovación tras petición.
6º ‘Enarbolado’, nº 26. Se lució una vez con el capote Tomás Bastos en el sexto de la tarde, tanto en el recibo inicial como en el quite posterior. Torerísimo el novillero portugués. Dos fenomenales puyazos le recetó al astado José María González, con el utrero arrancándose desde una distancia considerable y metiendo la cara abajo. Vibrante tercio de varas. Excelente par, el segundo, de Alberto Carrero, arriesgando una enormidad. Al igual que ya hizo en el tercero de la función, Tomás Bastos dejó su sello, su impronta y una personalidad arrebatadora en el sexto. Faena para el recuerdo del diestro luso, que toreó a placer, muy despacio, tanto con la derecha como la izquierda. Hundido en la arena, asentado, encajado, con mucha pureza, provocando un éxtasis colectivo en la plaza. Unión perfecta de un novillo muy bravo, con fijeza y clase y un torero tocado con la varita de los elegidos. Hicieron falta cuatro entradas a matar para liquidar al de Conde de Mayalde pero la obra realizada por Tomás Bastos ya pertenece a los anales del Alfarero de Oro. Ovación con saludos para Bastos y merecida vuelta al ruedo para ‘Enarbolado’.
Crónica Carmen de la Mata Fotos Sebastián Alcázar


















