La terna a hombros en la novillada de Niebla

Gómez Valenzuela se erige en triunfador numérico del festejo, con cuatro orejas; dos pasearon “El Melli” y Diego Vázquez, que dejó los mejores pasajes al natural en el que cerraba plaza.  

Plaza de Toros de Niebla, con media entrada en los tendidos en tarde de agradable temperatura, se lidiaron novillos de Cortijo de la Sierra (1º y 2º) y resto de Rocío de la Cámara, de escasa presentación los tres primeros, correctos la segunda parte del festejo, faltos de raza y casta en líneas generales, nobles.

Gómez Valenzuela, estocada, dos orejas: estocada, dos orejas

“El Melli”, media defectuosa y ocho descabellos, silencio; estocada, dos orejas

Diego Vázquez, estocada y once descabellos, ovación; estocada, dos orejas.

Festejo de escaso contenido el que se celebró en el coso iliplense, motivado en gran medida por la falta de fuerzas y casta del encierro de Rocío de la Cámara, aunque los actuantes se afanaran en sacarles partido, lo que hizo que se fueran en volandas de la plaza por la generosidad del público asistente.

El que abre plaza es un novillo de bonita estampa ensabanada, pero de escaso trapío y cuerpo. Muy parado en el último tercio, el novillero Gómez Valenzuela le arranca medias embestidas, sin apreturas, ante la escasez de poder del animal. El acero viaja certero, y se le conceden las dos orejas. El cuarto tiene más poder, y colabora en la muleta del novillero. No pasa la faena de aseada, porque no termina de acoplarse el novillero con las embestidas del burel. Templa mejor por el derecho, pero sin ajuste. Nuevamente el acero viaja certero, y se le conceden los máximos trofeos.

“El Melli” lidió en primer lugar un novillo con escasa presencia y de muy poca fuerza. Vistoso recibo a la verónica del novillero gaditano, manejando bien el percal. Sin fundamento la faena de muleta, el novillo tardo y sin transmisión a los tendidos, y el novillero tirando líneas. Además, el mal uso de la espada provoca el silencio del respetable. El quinto, fue un manso encastado, al que recibió nuevamente con buenas maneras con el capote, que le vuela con buen son al novillero. Ya en la muleta, tras un desastroso tercio de varas, el novillo llegó distraído y queriéndose ir de los trastos. La faena fue a más, con un inicio sin ajuste, para después en el terreno cercano a las tablas, se entregó más el novillero.

Diego Vázquez demostró buenas maneras sobre todo en el último tercio. Templa bien a un novillo de escasa presencia que hacía tercero de la tarde, dejando atisbo de toreo al natural cadencioso y templado, sin excesivas apreturas. El mal uso del descabello, hace que se ovacione su actuación. En el sexto, sí que da un paso adelante, templando y mandando al novillo en buen toreo por el pitón izquierdo, dejando los mejores instantes de la tarde. En esta ocasión, la estocada atrona al novillo de forma fulminante, y se le conceden las dos orejas.

Crónica de Carlos Arroyo.

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