LA TERNA A HOMBROS EN TARDE ENTRETENIDA SIN PASIÓN

Tres orejas para Roca Rey, dos para Manzanares y Conquero en su alternativa, en tarde de poco rigor en la Plaza de la Merced.  

Quizás es difícil que se argumente que una corrida de tan escaso juego como la que ha tenido la corrida de Luis Algarra obtenga el éxito numérico de las orejas cortadas por la terna, pero es más achacable al buen hacer de la terna, más cuidadora que lidiadora y al benévolo veredicto de la afición onubense.

El que abría plaza le correspondió en suerte al onubense Alejandro Conquero que tomaba la alternativa. Se derrumba el toro de forma estrepitosa en el tercio de banderillas y de forma incomprensible se queda en el ruedo ante la impavidez del respetable. Imposible darle un pase a un marmolillo sin opciones. Opciones reales de triunfo mostró el sexto, con movilidad y transmisión. Buen recibo capotero a la verónica. En la muleta, más ganas que ritmo, levanta al público en el epílogo por manoletinas de rodillas.

El segundo de la tarde le corresponde en suerte a Jose María Manzanares. Otro toro de escaso poder y fuerza, al que el torero alicantino le realiza una faena sin apreturas, pulcra y a media altura, fundamentada en el pitón derecho, el más potable. Más estética que hondura, sin llegar a romper la faena. Se le concede la oreja benévola. Su segundo oponente, que hacía cuarto, siguió la tónica de sus hermanos. Escaso poder, faena muy medida, de escasa emoción, estando el torero por encima de las condiciones del astado.  

Muy por encima de las condiciones del tercero de la tarde estuvo Roca Rey ante un toro que también mostró escaso poder y trasmisión. Lo cuaja por ambos pitones sin llegar al arrebato por la escasa casta del toro. Sobrado el peruano, que dio una sensación de superioridad y poder más apabullante de lo recomendable ante un toro bravo. El quinto tuvo más vida y menos clase. Casi un oasis en una tarde de cuidados de los animales. Torea al natural con profundidad, sin que el toro termine de rebosarse en la muleta. Remata la faena con el clásico arrimón, dejándose llegar al toro a tocarle la taleguilla. Lo mata al segundo intento de espadazo fulminante y se le concede la oreja.

Crónica de Carlos Arroyo.

Plaza de Toros de la Merced, 2ª de la Feria de Colombinas, con tres cuartos de entrada en los tendidos en tarde de apacible temperatura, se lidian toros de Luis Algarra de presentación justa, escasos de fuerza y poder, nobles y sin transmisión para los diestros;

José María Manzanares, de gris plomo y oro: estocada, oreja; estocada, oreja.   

Roca Rey, de espuma de mar y oro: estocada, dos orejas; pinchazo y estocada, oreja.

Alejandro Conquero, de verde oliva y oro: pinchazo y estocada, ovación; estocada, dos orejas.

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