Morante de la Puebla vs Prieto de la Cal.

Cartel de no hay billetes desde el momento de salir las entradas a la venta, la plaza a reventar de porteños, gaditanos y de mil lugares distintos de la piel de toro y más allá (algún francés vi en los tendidos); una auténtica romería para ver a Morante en su encerrona con 6 toros 6 de la ganadería veragüeña de don Tomás Prieto de la Cal.

Uno, dentro de su supina estulticia, piensa que cuando hay una conjunción planetaria, nada puede salir mal. Se suponía que en esta tarde del 7 de agosto, se produciría en El Puerto de Santa María la conjunción de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, de manera que parecía poco probable que tal acontecimiento sufriera desbarajuste alguno que pudiera acabar con tan magno, extraordinario y magnífico evento, en honor y loa de la mejor Tauromaquia de todos los tiempos…

Entiende querido lector que, estos puntos suspensivos, son como una larga pausa para la reflexión y de este modo condicionar tu mente a la cruda, dura y ruda realidad, ya somos dos.

Desgraciadamente la conjunción portuense no fue planetaria, fue la conjunción de una serie de personajes, personajillos y hechos que han convertido la corrida del año, en el bochorno taurino del siglo. De ello se han encargado primero el que manda, que no es otro que el torero José Antonio Morante de la Puebla; segundo el ganadero don Tomás Prieto de la Cal; tercero el señor presidente don Rafael Comino; cuarto los picadores y quinto el público, si un público facilón, cabreado, pero facilón.

Empiezo por el último dios-planeta de la conjunción; Saturno, el devorador de hijos y de públicos. Para que conste me incluyo en lo de público facilón. El espectáculo fue descarado, soez, grosero, insultante y de mal gusto contra la tauromaquia, por tanto contra el público, que debería haber abandonado la Real plaza de toros porteña y haber dejado allí a los actuantes con su tomadura de pelo, sobre todo cuando es devuelto el quinto de la tarde sin motivo aparente. Vamos que, si Morante le hace algo al sexto, en el único que lo intentó, corta las dos orejas, el rabo y hasta una pata. ¡Saturno debería devorarnos!

Seguimos con Júpiter, representado en sus atributos con cetro real o bastón, a modo de garrocha de picador. Cierto es que estos trabajadores del toro, antes los más importantes en la corrida de ahí que sigan vistiendo de oro, se deben a su pagador, al torero. Esta dependencia los lleva a ser meros ejecutores de las masacres ordenadas por el miedo que sus jefes desarrollan ante la vista del toro encastado y con poder. En la tarde de la conjunción se dedicaron a anular cualquier atisbo de fuerza en los veragüas a base de palizas, tanto a los que ya salían inválidos de chiqueros, a los que pegaban de forma inmisericorde, como a los que hubieran podido desarrollar algo de juego: ¡Júpiter lanzando rayos contra veragüas!, obviamente perdieron los toros.

Vamos con Marte, el dios de la guerra, el que equilibra la batalla, dios de la perfección. El presidente es la autoridad que dirige el espectáculo y garantiza el normal desarrollo del mismo; ¡A quién defiende la autoridad! se preguntaba Salvador Valverde, Salva (qepd), prácticamente a diario en el tendido 7 de Las Ventas. Sr. Comino, don Rafael, ilustre tocayo, ¿a quién ha defendido hoy la autoridad?, le puedo asegurar que al público no, que aunque sea facilón, tiene sus derechos. No lo ha defendido, ni al propio espectáculo taurino, permitiendo la presencia en el ruedo de animales descaradamente desmochados, una infamia la presencia de esas defensas casi sangrantes en algún caso. Poco favor le hacemos a la Fiesta con la permisividad ante las actuaciones constantes contra la integridad del toro de lidia, del toro bravo, ¿mandará analizar algunas astas?, lo dudo. Y sobre la devolución del quinto, no estaría de más que diese alguna explicación, ya sé que ustedes los dioses, tienen mayor capacidad de observación que los pobres mortales, por lo que le ruego a usía que se explique y dejé que Marte permanezca como se merece en su perfección allá en el monte Olimpo, no se nos vaya a mosquear y la liemos…

Uno de los epítetos de la diosa Venus es la “Venus Félix” o “Venus de la Suerte”, por su papel en cambiar el rumbo de la batalla, tal como hizo durante la segunda guerra púnica. En este caso, al sr. ganadero se le puede acusar de dejación de funciones, porque no ha sabido o querido cambiar el rumbo de esta batalla, ¿perdida desde el principio?, cuesta creerlo. Hay algo que no cuadra, y es como un defensor de la integridad del toro de lidia, se da al juego de que sus animales salgan manipulados al ruedo de una plaza de toros, no lo entiendo don Tomás, más si atendemos a sus muchas declaraciones en favor de los encastes minoritarios y en concreto del suyo, ¿cómo lo ha podido permitir? Respecto del juego dado por sus pupilos, estoy convencido que usted pensaba que iba a salir más CASTA al ruedo, seguro que las familias y reatas auguraban otra cosa. ¿Qué ha pasado don Tomas?, ¿le ha hecho usted algo al torero para que actúe con esa saña contra sus toros? El mal ya está hecho y va a costar levantar las losas de esta tarde en El Puerto. Lo siento por usted y por su señora madre, porque la lucha que llevan con la ganadería no merece estos frutos. Venus la de la fertilidad y la victoria, revertirá con toda seguridad, en favor de la casta y la bravura de los toros de Prieto de la Cal.

Mercurio era hijo de Júpiter y de Maia, la hija del titán Atlante. Desempeñaba el oficio de intérprete y mensajero de los dioses (usted Maestro Morante ha sido un referente en la interpretación de la tauromaquia y un maestro en darla a conocer a todos los públicos), y era dios de los viajeros (¿sabe usted Maestro los kilómetros que se habrán hecho los aficionados para verlo torear hoy?, yo en concreto voy a hacer algo más de 1.200 km, que ya es), del comercio (fíjese Maestro que se vende el aforo permitido en un abrir y cerrar de ojos), de la elocuencia (qué bien sabe usted Maestro hablar con el toro a base de verónicas y naturales, cuando quiere claro).

Hoy maestro (ya con minúsculas), nos ha birlado, por no utilizar un verbo más grueso incluido en otras habilidades de Mercurio, nos ha birlado decía, la ilusión de verlo torear, o aunque solo fuera de lidiar o ¿acaso los mortales no tenemos derecho a ver lidiar a un Maestro de su talla?, previo pago de su importe, claro está. Ni lo ha intentado, una colada del primero y zas, toda la tarde al traste.

La conjunción histórica a favor de la tauromaquia se ha quedado en un mayúsculo y bochornoso fracaso. ¿Dónde está la vergüenza torera de los matadores de toros bravos?

¡SE DERRUMBAN LOS MITOS, SE HUNDEN LOS REFERENTES!

El Puerto de Santa María
Fdo. Rafael Villar
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