Pablo Gómez Terrón y Huelva, Parte I

En estos días se cumplen medio siglo de la irrupción del triguereño Pablo Gómez Terrón en la capital onubense, en la que llegaría a actuar nada menos que en veintiuna ocasiones, aunque al torero le quedó el amargor de no poderlo hacer como matador de toros.

Terrón fue un auténtico fenómeno en la torería onubense, prodigándose mucho tanto en la capital como en numerosas localidades de la provincia, además de actuar en numerosos festejos fuera de los límites provinciales. En todos ellos estuvo acompañado de un buen número de seguidores (no solo triguereños) que confiaban plenamente en sus facultades.

En este y en los próximos capítulos vamos a hacer un recorrido por ese trayecto que llevó a cabo Terrón en la añeja plaza de Huelva, escenario de sus grandes triunfos, algunos de ellos pagados con su sangre.

Su debut se produjo en la tarde del 18 de junio de 1.961 en un festejo de noveles, en el que se lidiaron erales de José Rufino Moreno Santamaría. Con el triguereño hicieron el paseíllo Curro Macías, José Morales “Quitín II”, José Luis Cintado, Diego Infante y Fernando Galé Vera. Por lo que respecta a la actuación de Pablo hay que señalar que se mostró con ganas con el capote y dejó lances aceptables. Con la muleta instrumentó derechazos y naturales para seguir con manoletinas, saliendo trompicado en una de ellas. A la hora de matar, necesitó de un pinchazo y una estocada para ser muy aplaudido, dando la vuelta al ruedo.

El triunfo le sirvió de poco pues hasta el 13 de mayo del año siguiente no volvió a pisar la arena capitalina en otra novillada de noveles, en la que actuaron el rejoneador Clemente Espadanal y los aspirantes Tomás Domínguez, Terrón, Jesús Abril, Luis Tabuenca y Juan Jesús Sánchez que después se anunciaría como El Zurdo, con reses de Gerardo Ortega. Arrojo y dominio caracterizaron la actuación del triguereño que demostró estar puesto con capote y muleta. Lanceó abriendo el compás y cargando la suerte, características también de su quehacer muleteril. Tras lucirse, buscó al eral en las querencias, sufriendo un percance al quedar colgado de un pitón a la altura de la axila izquierda, cayendo desvanecido en el callejón. Remató el eral Tomás Domínguez y hubo petición de oreja y en la enfermería fue asistido de la herida, calificándose su estado como de pronóstico leve.  

Esta actuación tuvo recompensa pues fue nuevamente anunciado para la tarde del 21 de junio, festividad del Corpus. Mariano Vela, Terrón y Jesús Abril se anunciaron con erales de Gerardo Ortega. Terrón se aprovechó de las cualidades de su primero y, con la muleta, cuajó los redondos, seguida de otra con mucha hondura pero no estuvo afortunado con los aceros y fue silenciado. Al quinto lo macheteó y supo estar por encima de las cualidades de su oponente, al que mató dos pinchazos y una estocada, ganándose una merecida oreja con la que paseó el ruedo.

Volvió a hacer el paseíllo en Huelva el 19 de agosto alternando con Florencio Pérez “El Onubense” y Jesús Abril con erales de Soto de la Fuente. En esta ocasión se mostró muy cuajado, atemperando el arte con el valor. Aprovechó las cortas arrancadas con pases muy templados que, al matar de media estocada, le supusieron el premio de dos orejas. Al otro, muy cornalón, supo doblarse con él para seguir con una faena maciza, demostrando estar muy cuajado, especialmente en las series de naturales. Falló a la hora de matar y, pese a la mayoritaria petición, la oreja no le fue concedida.

El 23 de septiembre era una fecha soñada por Pablo por cuanto supuso su debut con caballos. Y alternó con Mauro Liceaga y Carlos Corbacho en la lidia de utreros de Eugenio Marín. El triguereño tuvo la fortuna de contar con el mejor novillo, saludándolo con verónicas y gaoneras. Con la muleta, se enroscó a la cintura a su oponente mostrando su valor, especialmente en dos series de naturales. La faena fue de tal calibre que, pese a acabar al tercer intento, obtuvo una oreja con mucha fuerza. En el que cerró plaza, valerosos redondos, perdiendo la muleta al torear al natural, siguiendo poniendo de manifiesto su valor, por lo que, tras pinchazo, estocada y dos descabellos, obtuvo un nuevo trofeo, saliendo a hombros por la Puerta Grande.

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