El principio de faena al primero de Juan Ortega fue lo mejor de la tarde.
Los alrededores de la Merced eran un hervidero desde una hora antes del festejo, mucha copa larga en los bares de los alrededores de la plaza para un público festivo que venía a ver mayoritariamente a Andrés Roca Rey. En el Nomad, una tertulia de cabales habla de la actitud en la vuelta de Morante y del momento de Juan Ortega, mientras que alguien señala que es Roca Rey quien ha estado a punto de colocar en cartel de no hay billetes. A diez minutos de las ocho de la tarde, por el reloj de la plaza, aún quedaba mucha gente en los bares de los bajos del coso terminando consumiciones en agradables tertulias, mientras los tendidos se iban poblando de espectadores. A las ocho y cinco de la tarde, siempre por el reloj de la plaza, se abría la puerta de cuadrillas para el despejo cuando aún quedaba gente buscando su localidad, las tardes de lleno, tienen estas cosas, y quedaba claro el poder de convocatoria de Roca Rey para que la plaza se viera con tanto ambiente y con un lleno en los tendidos. A la postre el gran triunfador fue el torero peruano, por trofeos como por poder de convocatoria.
Cuatro orejas se entretuvo en cortar Roca Rey, ante su primero, y en una faena a más en la que el peruano lidio por ambos pitones para terminar metido entre los pistones buscando conectar con los tendidos. Tras matar de una estocada corta por arriba le concedieron las dos orejas. La del sexto fue una faena moderna en la que Roca Rey, ante un toro de clara tendencia hacia las tablas, terminó dándose un tremendo arrimón, culminando con un espadazo en todo lo alto, lo que le permitiría cortar otras dos orejas y saliendo por la Puerta Principal del coso de Merced.
Abría el cartel Alejandro Talavante quien le tocó en primer lugar un toro de Juan Pedro Domecq que fue protestado de salida. Fue un toro sin entrega ni clase con el que fue complicado el lucimiento, pero con el que tampoco apostó el torero Mató de un pinchazo hondo y fue silenciado. El cuarto, fue posiblemente el toro de la tarde al que Talavante hizo un variado recibo capotero de inicio, y con la muleta estuvo aseadito. Mató de una estocada, escuchando dos avisos y cortando lo que alguno en un tendido denominó una “orejita de Huelva”.
Otra orejita cortó Juan Ortega ante el quinto, un toro que no daba dos embestidas iguales y con el que el sevillano no estuvo fino, pero con el que cobró una estocada de efectos casi fulminantes.
Pero lo mejor de la corrida, y de lo que nos acordaremos durante mucho tiempo, fue el inicio de faena de Juan Ortega ante su primer oponente, rodilla en tierra fue conjugando el temple con las querencias del animal para terminar dándole fiesta en terrenos de chiqueros. Cuando parecía que el triunfo legítimo podría llegar, la espada no quiso entrar y todo se quedará en la memoria de quienes estuvieron y lo supieron ver.
Cuando a Roca Rey lo sacaban por la Puerta Principal algunos aún comentaban el inicio de faena de Juan Ortega.
Resumen del festejo
5º festejo de abono de las Fiestas Colombinas. Corrida de toros.
Lleno.
Seis toros de Juan Pedro Domecq
Alejandro Talavante, de blanco y oro. silencio y oreja tras dos avisos.
Juan Ortega, de blanco y oro, ovación y oreja
Roca Rey, de azul azafata y oro dos orejas y dos orejas
CUADRILLAS: Saludó Javier Ambel tras parear al primero.
Crónica por José Luis Trujillo del Real