Román tuvo un lote variado, noble y con clase sus dos primeros, más áspero y sin clase el que hizo quinto. Se gustaba en cada lance el valenciano que llegaba con fuerza al tendido y era jaleado en sus series. Muy comprometido toda la tarde, se le vio suelto y con enormes ganas de agradar al respetable. Entendió a sus antagonistas y le recetó a cada uno lo que precisaba. Se le vio cómodo con los de Sobral y gusto en Cortegana.
