Samuel Navalón muestra sus armas en Ciudad Real

Seria y cuajada corrida de Martín Lorca la lidiada este jueves en Ciudad Real, incluyendo el sobrero que pisó la arena en quinto lugar. El juego de los animales fue variado, destacando el tercero si bien todos ellos tuvieron nobleza pero adolecieron de poca raza. Samuel Navalón fue el triunfador de la corrida tras cortarle las dos orejas al mencionado tercer cornúpeta del festejo. Algún apéndice más habría cortado del sexto de haber acertado con el acero. El fallo a espadas impidió que tanto Carlos Aranda como Alejandro Peñaranda puntuaran en el cierre de la Feria de la Virgen del Prado.

Ficha

Plaza de toros de Ciudad Real. Tercera y última corrida de la Feria de la Virgen del Prado. Corrida de Beneficencia. Dos tercios de entrada en los tendidos. Astados de la ganadería de Martín Lorca, que lucieron una magnífica lámina pero a los que les faltó mayor fuerza y casta. El mejor, el 3º. En quinto lugar salió un sobrero de la misma vacada tras ser apuntillado el titular al quedar lastimado tras un golpe contra el burladero.

Carlos Aranda: Ovación con saludos y Silencio tras dos avisos.

Alejandro Peñaranda: Ovación con saludos tras aviso y Ovación con saludos.

Samuel Navalón: Dos orejas y Ovación con saludos tras aviso.

Incidencias

Al finalizar el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria del que fuera presidente de la plaza de toros durante más de 20 años.

Entre las cuadrillas destacó en labores de lidia Agustín de Espartinas en el 3º. Con las banderillas, se desmonteraron Basilio Mansilla y Víctor Martínez, en el 2º; Manuel Larios y Alfredo Cervantes, en el 3º; Miguel Murillo y Miguel Ángel Ramírez, en el 4º y Agustín de Espartinas y Alfredo Cervantes en el 6º, que no llegaron a saludar pero que prendieron buenos pares de rehiletes.

Carlos Aranda cuajó una actuación importante, muy templada ante dos toros que no se lo pusieron fácil. Parado el primero y rajado el cuarto. Muy templado anduvo el torero de Daimiel, firmando dos faenas de mucha entrega y disposición. Más entidad tuvo la labor al cuarto, consiguiendo momentos de mucha torería y empaque, así como naturales estimables. Saludó una ovación en el que abrió la tarde y fue silenciado tras escuchar dos avisos en el cuarto, perdiendo con la espada un más que probable trofeo.

Algo similar le sucedió a Alejandro Peñaranda, que puso toda la carne en el asador ante el segundo que estuvo escaso de bravura. Buen trazo el de los muletazos del diestro conquense, que logró los pasajes más sobresalientes del trasteo con la mano derecha. Los ayudados finales rezumaron torería. El desacierto con el acero dejó sin premio la faena. Ovación con saludos tras aviso. El quinto fue apuntillado al estrellarse de salida contra un burladero y lastimarse gravemente. El sobrero fue imposible en el tercio final, ya que no duró nada, se agotó enseguida. Inédito Alejandro Peñaranda en su segundo turno. Remató de una buena estocada y fue obligado por el público a saludar una ovación.

Por su parte, Samuel Navalón hilvanó un quehacer de máxima entrega, cabeza y corazón en el tercero de la corrida, el mejor del encierro. Desde el saludo con el capote con dos largas cambiadas en el tercio hasta la estocada final en los rubios, Navalón dejó claro que hoy no se le escapaba el triunfo en Ciudad Real. Claridad de ideas para no agobiar a su antagonista, dándole sus tiempos y distancias, y el temple y la suavidad fueron las claves de un trasteo que fue cogiendo altura poco a poco. El postrero arrimón, con el torero metido entre los pitones, puso a la plaza en pie. Gran estocada y dos orejas. De mucho compromiso y determinación cabe calificar la faena al sexto, iniciada toreando en redondo de rodillas. Se quedó siempre en el sitio para ligar el matador albaceteño, que habría tocado pelo, nuevamente, de no fallar con el estoque. Ovación.

Crónica Rocío Molina Pineda