La espada de Galván no consagró sus dos importantes faenas.
La Quinta de Abono registró un poco de más de media entrada en una tarde donde David Galván regresaba a las Maestranza tras diez años de ausencia.
Cosió una faena de extraordinaria ligazón y técnica al primero de su lote, dejando claro que es un torero con oficio. Compuesta la figura, ofreciendo el pecho, despertó al respetable y sonaron los primeros acordes de una faena rematada con la pañosa, llena de suavidad, acompañando a la embestida de un noble repetidor. Lo de Galván era ya otra cosa. Suavidad, como pluma al viento delicada, naturales largos y aquello se calentó. Se vislumbraba triunfo que no llegó. No estuvo certero con una estocada contraria y ligeramente tendida, como tampoco con el descabello.
Más templada la muleta con el segundo de su lote, otro noble del conjunto, también se mostró obediente al cite. Faena basada en la derecha, el de San Fernando lo acompañaba con su voz, retumbante ante el silencio de un público ansioso por ver la tarde definida. Y tampoco la espada que pareció estar en el sitio resultó cierta -atravesada-, ni con la cruceta, perdiendo las opciones de triunfo de otra cimentada labor.
El buen «Profesor», segundo del lote de El Fandi, fue un gran toro, brillante con los rehiletes con movilidad y acometividad. Transmisión por ambos pitones, comenzó de rodillas, dos tandas vibrantes que continuó al encastado cuarto de la tarde. Le faltó despaciosidad, resultando quizás acelerado. Remató con estocada tras pinchar y se oyó una leve petición de oreja del ovacionado toro en su arrastre.
En el primero de la tarde obtuvo relevancia la lidia en el tercio de banderillas , que ya en la muleta, tendió a perder la atención quedándose a mitad del muletazos no pudiendo ligar con acople. Faena desajustada. Remató con estocada tendida y descabello.
Ginés Marín estuvo entregado con el tercero de la tarde, de extremada nobleza y pasmosa fijación. El jerezano le respetó los tiempos, pero aquello no calentó, le hizo bien las cosas pero le faltó el brío necesario para chispear. Se tiró al lomo y le dejó media estocada agarrada tras pinchar. Dobló el toro al sonar el aviso.
El sexto tuvo menos opciones, muletazos sin emoción, el toro acusó falta de fuezas y se Marín insistió sin el empuje de su oponente. Dejó una buena estocada.
Crónica de Rocío Molina
Ficha del Festejo:
Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Quinta de Abono.
Entrada: Media entrada
Toros de Alcurrucen, bien presentados, para David Fandila «El Fandi», David Galván y Ginés Marín.
El Fandi: Silencio y ovacion (dispar)
David Galván: Gran ovación tras aviso y ovación tras aviso.
Ginés Marín: Ovación tras aviso y silencio.