Toreros de ayer: Antonio Borrero Morano, (Parte II).

Su primera actuación en la siguiente campaña en nuestra ciudad fue el 18 de abril de 1.954 lidiando un encierro del Marqués de Domecq junto a Miguel Montenegro y Bartolomé Jiménez Torres. Al actuar al día siguiente en Barcelona, toreó en segundo y cuarto lugares. Al primero le cortó las dos orejas tras una e3xcelente faena con ambas manos y en el otro fue empitonado cuando se doblaba con él pero, afortunadamente, sin consecuencias, para continuar con una trenzada faena rematada con manoletinas. Tras dos pinchazos y media estocada, paseó el anillo antes de abandonar la plaza.

Estuvo anunciado para actuar en las Colombinas, el 3 de agosto, con Victoriano Valencia y Curro Puya, pero, por cogida en Barcelona unos días antes, no pudo actuar como tampoco pudo hacerlo el 4 cuando estuvo anunciado junto a Mario Carrión y Alfredo Lezama con novillos de Benítez Cubero.   

Retornó a Huelva para la feria de la Cinta. El 5 de septiembre paseó el albero al lado de Manolo Espinosa y Victoriano Valencia para lidiar reses de Carlos Núñez. Aquella tarde se entretuvo en cortar cuatro orejas y dos rabos tras dos actuaciones memorables en las que puso de manifiesto su arte y, sobre todo, su enorme valor, realizando cosas geniales entre la admiración del público que se le entregó por completo en una tarde triunfal.

Dos días más tarde, el 7 de septiembre, actuó con Curro Puya y Alfredo Lezama con ganado de Benítez Cubero. Otra grandiosa tarde entre las aclamaciones de sus paisanos que, al concluir su actuación, le premiaron con cuatro orejas, dos rabos y una pata, con la consiguiente salida a hombros por la puerta grande.

Después llegaron los grandes éxitos de Chamaco en todas las plazas de toros y hasta el 3 de agosto de 1.961, ya convertido en matador, no retornó a su tierra, actuando junto a José Julio (que reemplazó al lesionado Curro Romero) y Juan García Mondeño con toros del Marqués de Domecq. En esta ocasión no logró trofeos pese a haber realizado dos buenas faenas pero el mal uso de las espadas impidieron materializar el éxito, siendo muy aplaudido y saludando desde el tercio para agradecer las ovaciones de sus paisanos.

Tras su retorno a los ruedos, volvió a Huelva el 3 de agosto de 1.965 actuando con Jaime Ostos y Diego Puerta ante reses de Rafael Peralta. Chamaco volvió a entusiasmar a sus fieles seguidores en dos faenas de mucha calidad que fueron galardonadas con un total de cuatro orejas y un rabo.

Al año siguiente, el 3 de agosto de 1.966, por fín, el cartel soñado por la afición choquera, uniendo a Miguel Báez “Litri” y a Antonio Borrero “Chamaco”. Con ellos, Manuel Cano “El Pireo” y toros de Joaquín Buendía. Gran faena a su primero con ayudados por altos series de derechazos y naturales entre los pitones del animal al que mató de una estocada y el premio fue el de dos orejas y rabo. Con el otro volvió a lucirse pero, en esta ocasión, falló en la suerte suprema y cambió los trofeos por una vuelta al ruedo.                           

El 20 de enero de 1.967 intervino en un festival benéfico con el rejoneador Ángel Peralta, Litri, Manolo Vázquez, Jaime Ostos y Miguel Mateo “Miguelín” con ganado de Clemente Tassara. Otro triunfo grande del torero onubense que cortó los máximos trofeos después de una elegante actuación en la que además puso de manifiesto su enorme valor.     

Volvió a actuar en Huelva el 25 de mayo junto a Manuel Benítez “El Cordobés” y Francisco Rivera “Paquirri” con astados de Joaquín García Valdecasas. Antonio fue muy aplaudido al matar a su primero tras una faena duiscreta y obtuvo los máximos trofeos en el cuarto al que le realizó una primorosa faena con pases de todas las marcas y poniendo de manifiesto su valor.

Y se despidió de la antigua plaza onubense el 10 de marzo de 1.968 interviniendo en un festival al lado del rejoneador Conde de San Remy, Litri, Juan Posada, José Manuel Inchausti “Tinín” y Juan Carlos Beca Belmonte con novillos de diferentes ganaderías. Chamaco toreó una res de Joaquín Buendía y, tras una importante faena, le cortó las dos orejas y el rabo.

Artículo de Vicente Parra Roldán.

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