Artículo de Vicente Parra Roldán
Siguiendo la tradición iniciada por su abuelo Manuel García Díaz “Venancio”, torero de la segunda década del pasado siglo, y continuada por su hermano Manuel, Antonio García quiso probar fortuna en el planeta taurino y, tomando el apelativo familiar de Venancio, se anunció en un festejo de promoción que se celebró el 2 de agosto de 1.970 en la Plaza Monumental.
Aquella tarde hicieron con él el paseíllo Antonio Infantes “Alín”, José Cunquero “Panaderito”, Manuel Díaz “Cascarilla” y Jesús Vega para lidiar erales de la Comercial Agrícola SA. Que, en líneas generales, resultaron bravos.
No tuvo fortuna Antonio Venancio que, nada más comenzar la faena de muleta, fue herido por su oponente que le causó una herida en la cara antero superior del muslo izquierdo con dos trayectorias, una hacia arriba de 25 centímetros de profundidad, contusionando el músculo sartorio, con desgarros de venas colaterales y otra herida debajo del mismo muslo de 15 centímetros con desgarros de musculares, gran hemorragia, calificándose el estado del torero como grave.
Este percance hizo recapacitar a Antonio Venancio su vocación taurina y no volvió a estar anunciado en ninguna otra ocasión en nuestra ciudad.
