Toreros de ayer: Antonio Pérez «El Onubense».

Hijo del que fuese novillero Florencio Pérez “El Onubense” y miembro de la dinastía de los Pérez Recio, fue una gran esperanza del toreo onubense, pero su prematura muerte le privó de alcanzar grandes triunfos. En Huelva actuó en cinco ocasiones, una novillada picada, dos festivales y dos novilladas sin picadores.

Hizo su debut el 7 de septiembre de 1.986, al lado del rejoneador Ricardo Murillo y los novilleros Domingo Valderrama, Manolo Macías, Antonio Posada y Fernando Moreno para lidiar erales de José Luis Pereda. Aunque de salida el animal arrolló a Antonio, éste ni se inmutó. Con la muleta realizó un trasteo de gran calidad y mucha quietud al torear con mucho gusto por ambos pitones al tiempo que ponía de manifiesto el enorme valor que atesoraba. Recibió dos orejas, con las que abrió la Puerta Grande mientras recibía elogios de los espectadores sobre su actuación y las cualidades expuestas.

Repitió el 6 de septiembre de 1.987, haciendo el paseíllo al lado de Martín Pareja-Obregón, Fernando Moreno, Miguel Carrasco, Manolo Roca y Juan Pedro Romero para lidiar erales de José Luis Pereda. Con muchas ganas estuvo El Onubense que se ganó las ovaciones al lancear a su oponente. Inició su faena muleteril de rodillas para seguir citando desde lejos al torear al natural, destacando también una serie de derechazos, molinetes y manoletinas. Tenía el triunfo en sus manos pero no estuvo atinado con los aceros y todo quedó en una oreja y el reconocimiento del público que vislumbraba su futuro.

Actuó el 27 de febrero de 1.988 en el Festival de la Salve, actuando junto a Ángel Peralta, Francisco Ruiz Miguel, José Antonio Campuzano, José María Manzanares, Pepe Luis Vázquez y Emilio Silvera con novillos de diversas ganaderías. El Onubense estuvo muy valiente con la capa y con el pase cambiado con el que inició su faena que se caracterizó por su encimismo, por lo que fue volteado sin consecuencias. Alargó el trasteo y, de ahí, que recibiera un recado presidencial, siendo muy aplaudido por las ganas y entrega puestas de manifiesto a lo largo de su actuación.

El 4 de agosto de 1.988 actuó con caballos en la novillada de Colombinas, haciéndolo junto a Antonio Posada y Antonio Manuel Punta, lidiando utreros de José Luis Pereda. Con su primero estuvo muy entregado, con ganas y calidad en algunas series de derechazos con templanza pero estropeó a la hora de matar, oyendo un aviso. En el que cerró plaza, sufrió un revolcón sin consecuencias y, aguantando mucho, fue capaz de sacar algunos buenos muletazos con ambas manos para terminar con manoletinas. En esta ocasión mató a la primera y cortó una oreja, que paseó entre ovaciones del público.

Su última actuación en el coso mercedario fue el 18 de febrero de 1.989 en el Festival de la Salve, haciendo el paseíllo junto a Juan Mora, José María Manzanares, José Antonio Campuzano, Emilio Silvera y Luis Miguel Calvo con novillos de José Luis Pereda. El Onubense puso en evidencia sus avances, se encontró con un animal noble que le permitió componer un trasteo algo irregular con algunos muletazos de buen trazo. En los compases finales buscó llegar con más calor a los tendidos a base de efectismos y de ampliar su trasteo. La presidencia le envió un recado cuando dobló su oponente y desde los tendidos le legaron una fortísima ovación como justo premio a sus ganas y a su quehacer.

Poco tiempo después, falleció víctima de una cruel enfermedad, pero su recuerdo perdura en los aficionados onubenses.

Artículo de Vicente Parra Roldán.

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