Toreros de ayer: Emilio Silvera González (Parte IX).

Volvió a abrir temporada el 28 de febrero de 1.999 en un festival junto a Litri, Enrique Ponce, Jesulín de Ubrique, El Tato, Óscar Higares y Francisco Barroso. Abrió plaza Emilio Silvera que se encontró con un animal que, tras la mala lidia a la que fue sometido, terminó acusándolo. El choquero se lució con el capote pero a la hora de usar la muleta no hubo mucha entrega, para terminar de un bajonazo y recibir una fuerte ovación que le obligó a saludar.

El 2 de agosto de 1.999 hizo el paseíllo al lado de Emilio Muñoz y Miguel Abellán para lidiar astados de Gabriel Rojas. Emilio Silvera tuvo que hacer con su primero de enfermero porque el toro carecía de fortaleza para mantenerse en pie. Si el toro hubiese tenido algo más de fuerzas, el quehacer del onubense, especialmente con la mano izquierda – ¿Cuánto duró aquel natural? – en los compases finales de su muleteo, hubiese sido muy importante. Para colmo, cuando tenía más caliente a los tendidos, Emilio se puso eterno con los aceros y perdió las opciones de salir orejeado, paseando el ruedo. El otro, un mulo con cuernos, se lo quitó de encima y eso fue suficiente, siendo silenciado por el público. En esta ocasión, el torero local careció de fortuna con su lote y, pese a algunos momentos muy importantes, no fue capaz de cerrar en triunfo su actuación por culpa del mal uso de los aceros.

Participó en la corrida del I Centenario de la plaza, celebrada el 5 de septiembre de 2.002, junto a Enrique Ponce y Finito de Córdoba, con reses de José Luis Pereda y La Dehesilla. Emilio Silvera no estuvo brillante al recibir a su primero, pero, con la muleta, supo templar la embestida en buenas series de redondos; no pudo lucirse en el toreo al natural, volviendo a la diestra para satisfacción de todos. Necesitó de pinchazo y estocada caída, por lo que fue ovacionado. Sin embargo, en el cuarto, con un buen pitón izquierdo, el onubense supo sacarle todo el jugo que tenía el animal, especialmente cuando lo toreó al natural, bajándole mucho la mana y ligando a la perfección. Dejó una estocada caída y la cicatería del palco presidencial, en otras ocasiones tan generoso, sólo le concedió un trofeo, por lo que Emilio Silvera, para agradecer las ovaciones de los tendidos, se vio obligado a pasear por dos veces el anillo mientras se censuraba la decisión de la presidencia al no conceder el segundo trofeo, merecido por la faena, en la que puso de manifiesto que, pese a torear muy poco, es un gran torero y que se merece una mayor atención por parte de las empresas y de los aficionados.

Tras una larga ausencia, vuelve a La Merced el 3 de agosto de 2.009, actuando junto a José Tomás y El Cid, con reses de Núñez del Cuvillo. El torero local tuvo una correcta actuación con su primero entre la satisfacción de los espectadores. El animal, con las fuerzas justas, pero con mucha nobleza, repitió sus embestidas y, aunque se notó la falta de rodaje del onubense, pudo ligar una faena por el pitón derecho y dejar algunos detalles para conseguir, tras varios intentos de matar, una oreja cariñosa y localista. Con el cuarto, el onubense le presentó batalla y, en esta ocasión, tuvo mérito que Silvera no se arredrara ante las bravas embestidas de su oponente con el que estuvo con mucha dignidad aunque volviese a fallar con los aceros. El público le premió con otra oreja.    

Dos años más tarde, el 3 de agosto de 2.011 vuelva a torear con José Tomás y Daniel Luque, con reses de El Pilar. Emilio Silvera, quizás en su última actuación ante sus paisanos, tuvo el mejor lote del encierro, pero el onubense se limitó a cumplir con su papel de telonero en una actuación que dejó bastante que desear. Saludó, tras un aviso, al acabar con su primero y, de nuevo, fue ovacionado en el cuarto por un público que se mostró demasiado comprensivo con la terna actuante.                                                                                                                                                                  Hasta aquí el paso de Emilio Silvera por su plaza de La Merced. ¿Volverá a hacer un nuevo paseíllo? Se dice que lo hará para conceder la alternativa al tercer Emilio Silvera de la dinastía.

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