Toreros de ayer, Francisco Barroso (parte I).

Hijo del que fuera novillero Eugenio Barroso Ponce, que actuó en la década de los 50, desde muy pequeño vivió el ambiente taurino.

Su debut en Huelva se produjo el 30 de julio de 1.993 al lado de Jesús Medrano y Ricardo Ortiz, con reses de Joaquín Buendía. Aquel día estuvo con muchas ganas ante ganado poco propicio, dejando patente su valor sin que los revolcones hicieran mella en su ánimo. Corrió muy bien la mano y fue muy aplaudido en sus dos toros con los que fue avisado en una ocasión.

Al año siguiente, el 4 de agosto, hizo el paseíllo con Luis Miguel Encabo e Israel Castilleja “El Triguereño” para estoquear reses de Manuel Ángel Millares. En esta ocasión, tras oír un aviso en cada oponente, fue aplaudido en uno y dio la vuelta al ruedo en el otro después de haber pisado un terreno inverosímil que impresionó a los tendidos que cayeron a sus pies pero que no pudieron premiarle por el mal uso de las espadas.

La tercera novillada la toreó el 2 de agosto de 1.995, junto a Jesús de Fariña y Juan Muriel con reses de José Luis Pereda. Volvió a impresionar con su valor en el primero, al que le cortó una oreja. Repitió actuación en el cuarto, pero el novillo le alcanzó produciéndole una herida en el testículo derecho hasta la canal inguinal, disecando los elementos del testículo hasta el anillo inguinal interno, calificándose como de menos grave su estado.

El 4 de agosto de 1.997, Manuel Díaz “El Cordobés” le cedió el toro “Amapolo”, con el hierro de José Ortega, al que le cortó una oreja y lograba las dos del que cerró plaza. El testigo de la ceremonia fue Vicente Barrera. Brindó el de la ceremonia a su padre y su primera faena la inició con ayudados por alto para seguir con ambas manos ante un toro sin fuerzas, recibiendo muchos aplausos y una merecida oreja. Se desquitó en el último de la tarde al que le realizó una magnífica y emocionante faena, ofreciendo los muslos, para acabar de una estocada y cortar las dos orejas.

Poco después, el 8 de septiembre, y con ganado de José Luis Pereda toreó con Emilio Silvera y Morante de La Puebla. El torero salió decidido a abrir la puerta grande y, de nuevo, ofreció sus muslos en dos arrimones estremecedores en los que expuso mucho y mostrando sus ganas de triunfar, cortando una oreja a cada uno de sus oponentes, volviendo a salir a hombros.

El 28 de febrero de 1.999 intervino en un festival benéfico, matando un novillo de Torrestrella, con el que recibió muchas palmas después de haber estado muy valiente y entregado, aunque no pudo lucirse y, además, mató muy mal.

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