Toreros de ayer: Manuel García «Venancio»

Artículo de Vicente Parra Roldan

De tradición le venía la afición por cuanto su abuelo también fue novillero, Manuel García Díaz “Venancio” allá en los primeros albores del siglo pasado y actuó en numerosas ocasiones en el recién inaugurado coso onubense.

Nuestro protagonista tuvo una carrera como profesional fue corta pero, desde su aparición, se convirtió en una esperanza de los aficionados que quedaron entusiasmados con su estático toreo, su concepción y sus maneras de ejecutarlo, pero las circunstancias no le acompañaron y su proyección se vio cortada, alejándose de la práctica de la profesión aunque todavía sigue vinculada a ella.

Manuel García “Venancio” debutó en la plaza de Las Colonias el día del Corpus del año 1.968, concretamente el 13 de mayo, fecha en la que hizo el paseíllo, en una novillada de promoción, junto a Manuel Benítez “El Peti”, El Niño del Pozo, Sebastián Pérez “Nené II” y Pedro Muriel “El Leperito” para lidiar erales de Concepción Candaú. Triunfo grande Venancio que sorprendió a todos y se ganó una rápida repetición. Aquella tarde, Venancio toreó muy serio, sabiendo lo que tenía en sus manos, estirándose tanto con el capote como con la muleta y eemostrando poseer mucho valor, cortando una merecida oreja.

Y esa nueva actuación se produjo el 23 de junio actuando con Paco Pirfo y Santi Ortiz con erales de María Luisa Domínguez y Pérez de Vargas. En este festejo el triunfador fue Venancio que cortó cuatro orejas tras una actuación muy tranquila y superando a sus oponentes, a los que hizo embestir al compás de su muleta y con mucha inteligencia y personalidad que hicieron vibrar a los espectadores que, desde el primer momento, se entregaron al quehacer del joven torero que, además, estuvo muy valeroso, por lo que fue el gran triunfador de una tarde que, en líneas generales, satisfizo al aficionado.

Había gustado tanto el festejo que una semana más tarde, el día 30, se repitió el cartel de toros y toreros. Pero el resultado final no fue el mismo aunque a punto estuvo de volver a alcanzar un triunfo numérico porque el de la admiración de los espectadores si lo logró plenamente y, de manera especial, con el eral que cerraba el festejo con el que estuvo muy importante con una gran faena que estuvo acompañada de las ovaciones de los tendidos. Pero, a la hora de matar, Venancio no lo vio clara y el tiempo fue pasando hasta que la presidencia ordenó el tercer aviso y la devolución del eral a los corrales mientras se aplaudía con muchísima fuerza al desconsolado Manuel Venancio.

Toreó la primera novillada que se celebró en la recién inaugurada Plaza Monumental, haciendo el paseíllo junto a Paco Pirfo, Santi Ortiz y Pepe Muriel para lidiar un encierro de los Hermanos Dominguín que salió muy malo. En esta ocasión la actuación de Venancio no fue tan afortunada como las anteriores, quizás influenciado por los revolcones sufridos en esos festejos. Lo cierto es que se mostró apático y entregarse como acostumbraba aunque dejó algunos muletazos de calidad. Volvió a estar mal con los aceros y fue aplaudido.

Y ahí acabó la carrera taurina de Manuel García “Venancio” que, aburrido por la falta de oportunidades, se fue alejando de la práctica aunque no de la profesión, a la que aún sigue vinculado y relacionado. 

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