Moreno de Silva, Cautiva en la I jornada de la XXIII edición de "La Divisa".

Comenzó la XXIII edición de conferencias de la Peña Cultural Taurina La Divisa en Trigueros. Un ciclo que tendrá continuación el próximo día 4 de Marzo con la presencia de D. Adolfo Martín que recogerá el V premio nacional «La Divisa» a la ganadería más destacada del 2015 y el día 11 de Marzo con una conferencia llamada «La verdad de la suerte de varas» a cargo del bibliófilo taurino D, José María Moreno Bermejo.

Hoy ha tenido un comienzo de lujo con la presencia del ganadero D. José Joaquín Moreno de Silva, propietario hasta hace poco del hierro de Moreno Silva y actual propietario de Saltillo, unificando así los tres hierros que tenía a su nombre en este último.

El ganadero comenzó su charla con un resumen de su historial como ganadero. «Mi afición me viene principalmente con mi abuelo, que aconsejado por Guerrita se decidió a comprar el encaste Saltillo. Tras el fallecimiento de mi abuelo, la ganadería se dividió y paso a manos de mis familiares. Yo ya tenía otros hierros. Por parte paterna, el de Moreno de la Cova, y también tenía en mis manos el de Enriqueta de la Cova. Pero siempre tuve en mi vida dos sueños: Mi mujer y los Saltillo. Cuando mi tio cayó enfermo, mi primo quiso vender los Saltillo, e incluso tenía interesados y algún que otro comprador (uno de ellos era Mario Conde). Pero fue en una comida familiar donde le dije a mi primo que a lo mejor no podía pagarle lo que pedía por el hierro y el ganado de Saltillo, pero que en mis manos iba a funcionar mejor que nadie y que el hierro se quedaría en la familia. En tres minutos hicimos el trato»

D. José Joaquín también relató su andadura con el hierro de Moreno Silva. «Tuve muy mala suerte con el ganado al principio. Cuando empezaba a levantar el vuelo, me dieron positivo en el saneamiento un gran número de vacas. Me mandaron al matadero las mejores y me quedé con muy pocas. Tuve la suerte de poder implantar embriones de mis vacas y los mejores sementales en vacas suizas. Para mí era un suplicio el llegar al campo y ver los cerrados llenos de vacas suizas, pero gracias a ellas pude recuperar gran parte de la ganadería y así remontar el vuelo.
El sitio te lo da Madrid, y con el paso del tiempo tuve la suerte de colocar una novillada en Madrid. Aquel día se fueron dos para los corrales y acabó un solo matador. El triunfo no fue el soñado, pero por lo menos me sirvió para ver los resultados de la casta que buscaba en mis toros y me dio el sitio que tengo actualmente».

Ganaderos como este hacen muchísima falta de hoy en día en la fiesta. No se pasó la ocasión para preguntarle por la situación actual de la fiesta y no se cortó un pelo. «Se dice mucho que los antitaurinos están atacando la fiesta. A mí los antitaurinos me importan poco o nada. La mayor parte de culpa de lo que le está pasando a la fiesta, en un ochenta por ciento, la tienen la gente de dentro y que gestiona esto. Yo he sido abonado en Sevilla muchísimos años, pero últimamente después de ver los carteles me decía yo mismo que era gilipollas. Iba todas las tardes a ver los mismos toros y las mismas caras. Se ha perdido la emoción y cualquiera que está en un tendido piensa que puede bajar al ruedo y darle dos tandas a aquello que está allí. Hasta que no volvamos a ver a los toreros como súper hombres delante de un toro exigente, esto no despierta interés ninguno. Si a mí que me gustan los toros muchas veces me aburre lo que veo en un ruedo, imagínense al que no le guste esto y vaya por primera vez a los toros.»

Curiosamente, un ganadero que, como todos los que apuestan por un toro encastado y sin estar al servicio de nadie, lidia la mayoría de su camada en la vecina Francia. Ceret o Aire sur l´Adour van a ser este año (entre otras) su destinos en el país vecino, teniendo en España solo la comparecencia de Madrid. «Tengo cinco corridas de toros este año y cuatro van a ir a Francia. Ojalá fueran las cinco, pero Madrid es mi referente. Allí en Francia se hacen las cosas como se tienen que hacer. Se abaratan las entradas para los menores, que en algún caso hasta la entrada es gratuita. Se apuesta por el toro y por la suerte de varas. Mientras aquí en España primero se contratan a los toreros y después se rellenan con las cuatro ganaderías que ellos quieren, allí primero se contratan las corridas de toros y después ya vendrán los toreros. Además, si no te salen las cosas bien te regañan, y si te salen bien te premian y te repiten. Como para no estar contentos con los franceses!»

Le preguntaron por el desprecio de las figuras hacia sus toros. «Estoy en una tierra donde se cría el toro bravo. Ganaderos como Fernando Cuadri, Adolfo, Miura o yo estamos en una lado atalaya donde habremos doce o quince, y los otros ciento cuarenta están en otra. A mí las figuras no me llaman para pedirme un tentadero, me llaman para darme las gracias por no ir. Ellos están contentos con no ir y nosotros contentos porque no vayan. Todos contentos».

Es un pequeño resumen de otro rato que me he guardado en la buchaca para seguir aprendiendo de toros con la auténtica gente del toro. Sin lugar a dudas que un ganadero como D. José Joaquín Moreno de Silva, al frente de un hierro mítico como el de Saltillo, que en el 2018 va a cumplir 100 años de existencia, es uno de esos exponentes de ganaderos honestos para y por el toro. Con un puñado como este se acababan las tonterías en un rato. Me pongo de pie y me descubro ante usted SEÑOR GANADERO.
Por José María Pérez Marín.

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