El diestro de Gerena Manuel Escribano se desnuda ante la edición digital de Gente.
Una entrevista sincera, de recuerdos y de futuro, Recuerdos de dos toros que marcan su carrera, uno el que lo colocó de nuevo en las ferias, “Datilero” de Miura, el otro “Cobradiezmos” de Victorino Martín, ambos ya son historia reciente y futura de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Con esos mimbres y un sinfín de triunfos en los últimos años, y otros sin sabores, como la cornada que a punto estuvo de costarle la vida en Sotillo de la Adrada, marcan a Manuel Escribano, como un torero capaz y con suficiente capacidad para solventar cualquier tipo de embestida y en cualquier encaste,…
Así lo cuenta en la edición de GenteDigital
Pese a que fueron «años duros, en los que ves que tu carrera no tiene salida», Escribano no se planteó nunca dejarlo. La razón es «la confianza plena» que mantuvo siempre en él mismo, «la fe y el amor en su profesión».
Después de más de doce años de alternativa y de haber pasado por todas las fases posibles en el mundo del toro, muchas de ellas agridulces, el sevillano Manuel Escribano afronta este 2016 con la satisfacción que provoca haber dado un golpe de efecto en el escalafón.
El indulto a «Cobradiezmos», de la ganadería de Victorino Martín, es un toro que «marcará para siempre» su vida.
Sobre sus sensaciones en aquel histórico día al ver asomar en el palco el pañuelo naranja, lo califica como un momento de «éxtasis y felicidad» absoluta. «Indultar un toro es siempre especial, pero hacerlo en sevilla produce un sentimiento de pasión indescriptible», confesó el matador de toros. «Llegar a emocionar a todo el mundo es algo muy grande», apostilló.
Después de dos lotes prácticamente imposibles en este San Isidro, Manuel Escribano tiene las esperanzas puestas en su tercera tarde con la ganadería de Adolfo Martín el próximo 30 de mayo, cuando le llegará el turno de compartir cartel con Diego Urdiales y Sebastián Castella.
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