Así fue al Temporada de 1920

La temporada taurina de hace un siglo, concretamente la de 1.920, estuvo compuesta por un total de doce festejos, destacando las actuaciones de Manuel Álvarez, Eduardo Pérez “Bogota” y la presentación de Manolito Báez “Litri”

La programación estuvo compuesta por una corrida, siete novilladas, dos sin picadores y dos becerradas

En esta época en la que, desgraciadamente, faltan los festejos taurinos, vamos a recordar la temporada que se disfrutó en nuestra ciudad hace un siglo, concretamente en el año 1.920, en la que se ofrecieron nada más y nada menos que doce festejos, de los que uno fue una corrida de toros, siete novilladas, dos novilladas sin picadores y dos becerradas, un número de espectáculos impensable en los momentos actuales en los que la temporada taurina onubense ha quedado circunscrita a los festejos colombinos.

La campaña se inició el 4 de abril con una novillada en la que se corrieron reses de Moreno Santamaría, actuando Manuel Álvarez, Borruguito y Eduardo Pérez “Bogota”. El resultado artístico fue bastante bueno pues Álvarez y “Bogota”, junto con “El Gambero” participaron en otra novillada, celebrada el 26 de abril, con reses de López Plata.

En el mes de mayo, concretamente el 16 – el mismo día de la mortal cogida de José Gómez Ortega “Joselito” – actuaron Manuel Álvarez, Eduardo Përez “Bogota”, Curro Montes y Facultades ante novillos de López Plata. Unos días después, el 3 de junio, hicieron el paseíllo Facultades, Eduardo Pérez “Bogota” y Vicente Prieto para lidiar reses de Manuel Surga.

Hubo una pequeña pausa durante los meses de junio y julio en espera de la novillada de las Fiestas Colombinas que reunió en un apasionante mano a mano a Manuel Álvarez y a Eduardo Pérez “Bogota” con astados de Moreno Santamaría. En el mismo mes de agosto, el día 22, se celebró un espectáculo en el que se lidiaron reses de Surga por parte de Manolito Surga y cuatro novillos del mismo hierro para Casañes y Correa Montes. Antes de finalizar el mes, el día 30, Manolito Báez “Litri” efectuó su presentación oficial (pues no hay que olvidar que un año antes lo hizo en una fiesta privada que organizó su padre ante un reducido grupo de amigos) ante sus paisanos, lidiando un encierro de Anastasio Martín junto a Antonio Posada y Pepito Belmonte.

La única corrida de toros celebrada a lo largo de la campaña tuvo lugar el 8 de septiembre, con ocasión de la feria de la Cinta, que atesoraba los mejores festejos de toda la temporada, y en la misma actuaron Correa Montes, José Gómez “Joselito de Málaga” y Granero con toros de Félix Moreno. Al día siguiente se llevó a cabo una novillada en la que se corrieron astados de Narciso Darnaude por parte de Manuel Álvarez, Rafael Montiel y Granero. Y, dentro de ese ciclo ferial, el día 12 se celebró una novillada en la que Enrique Díaz, Joaquín Miranda y Juan Barranco lidiaron ganado de Anastasio Martín.

Antes de finalizar el mes, concretamente el día 19, hubo una becerrada, con astados de José Sánchez Infante para Antonio López Ortega y Mario Prieto.

La temporada se cerró el 3 de octubre con otra becerrada, en la que David Norman Max-Clure, Roque Borrero, José Sánchez y Juan de la Corte dieron buena cuenta de los astados. Por los nombres de los actuantes, parece deducir que se trató de un festival de carácter benéfico en el que tomaron parte varios aficionados prácticos, todos ellos muy conocidos en la ciudad.

El número de festejos celebrados, así como su asiduidad permiten pensar que el público acudía en buen número a los tendidos de la plaza de toros de Huelva y que, además de pasárselo muy bien, disfrutaba con las actuaciones de los jóvenes diestros anunciados en esta cartelería. Además, había muchos jóvenes que aspiraban a abrirse paso en el mundo de la torería que, al mismo tiempo, contaban con numerosos partidarios que se dejaban sentir en los ruedos cuando los toreros locales eran anunciados en algún festejo.

Era otra Huelva, bien distinta a la actual en numerosos aspectos, entre ellos el taurino. Pero hemos querido echar una mirada atrás para recordar como era hace un siglo la afición taurina. Pero lo más importante es que siguen existiendo muy buenos aficionados a los que se les ofrece extraordinarios espectáculos.

Por Vicente Parra Roldán

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