García Corbacho deja su sello en México

El extremeño García Corbacho regresaba de tierras mexicanas hace unos días, dejando en esas tierras una muy grata impresión en sus dos tardes.

Primera parada del joven torero García Corbacho para medirse con reses del otro lado del charco en dos ferias donde el sello personal del extremeño dejó un marcado acento en el aficionado azteca.

Ceñidos quites por delantales rematados con una vistosa revolea a una mano, servían de preámbulo de la primera de sus tardes que la brindó al cielo, a su tío recientemente fallecido hace una semana, en ambos compromisos un brazalete negro formaba parte de su chaquetilla.

Se empelo a fondo en la primera de sus dos tardes por tierras mexicanas ante reses de San Salvador, donde los pases en redondo se sucedían ante los oles del respetable, su antagonista que fue amigo de buscar las tablas, no mermo las ganas del extremeño de plantarle pelea y allí fundamentó su faena, midiendo y metiendo en el canasto al de San Salvador, con pases mirando al tendido. Muchas ganas y un enorme disposición fueron las armas que el espada empleó en su primero de los dos compromisos en los que se medía por tierras aztecas.

Al natural le dejó la muleta puesta y le alargó el viaje para ligar las tandas con las plantas asentadas. Toda la tarde estuvo muy metido en la faena y no se guardó nada en el tintero. Sin duda alguna dejó muy grata impresión. La plaza de toros empalizada estaba hasta la bandera de aficionados, ávidos de ver torear. Un público entregado se llevó una muy buena impresión del torero extremeño.

La segunda de sus tardes por tierras aztecas pasaba por la localidad de Tepich, midiéndose con dos toreros banderilleros, José María Pastor y Ángel Lizama. Un más que entretenida tarde de una terna con muchos kilates. Rodilla en tierra y un larga cambiada marcaban el inicio de su segunda tarde, para continuar con un ramillete de verónicas rematadas con una media muy torera. Más terciado el ganado de su segunda tarde en un nuevo compromiso, iniciaba de rodillas con pases por alto para enseñarle los caminos a su antagonista. Algo rajadito su enemigo, le enjaretó pases en redondo pegado a tablas (empalizada) en este caso. Marcado acento español en su paso por tierras aztecas.

García Corbacho dejó un regusto en el aficionado azteca, donde espera volver pronto y poder recorrer diversas ferias del país.

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