Artículo de Vicente Parra Roldan.
Este torero onubense dio origen a una dinastía que además la conforman uno de sus hijos, Francisco, y dos de sus nietos, Manuel y Antonio. Todos ellos pasearon el apelativo de “Venancio” como eran popularmente conocidos.
Manuel debutó en su tierra natal el 16 de mayo de 1.915 en una accidentada novillada en la que actuó junto a Joaquín Martín “Martinito” y Vizcaya para lidiar astados de Pérea de la Concha. Nuestro protagonista tuvo una destacada actuación que le valió el premio de una oreja pero, además, resultó alcanzando en varias ocasiones, siendo curado en la enfermería de contusiones con erosiones en diversas partes del cuerpo y conmoción cerebral, siendo calificado su estado como de reservado. Aquella tarde los médicos tuvieron trabajo pues necesitaron cura, además de Venancio, Martinito, el banderillero José cruces Méndez y un espontáneo Tomás Gutiérrez “El Caifa” que al año siguiente resultaría mortalmente herido al tirarse otra vez como espontáneo.
El triunfo le valió a Venancio para repetir el 20 de junio toreando junto a Manuel Navarro en la lidia de astados de Manuel Morón y Morón. Venancio estuvo aceptable pero en esta ocasión no logró trofeo. La anécdota la protagonizó su compañero Manuel Navarro quien paseó una oreja que no había concedido la presidencia del festejo.
No volvió a actuar ante sus paisanos hasta el 12 de agosto de 1.917 y lo hizo con Manuel Damota “El Uno” y José Hernández “El Americano” con ganado de Fernando Villalón. No rodaron las cosas bien para nuestro personaje en una tarde en la que el único trofeo lo conquistó El Americano.
Hubo después una larga travesía sin actuar en el coso choquero, que le vio hacer el último paseíllo al frente de las cuadrillas el 1 de julio de 1.923. Con él actuaron Antonio Ortega (que resultó cogido), Navarrito de Nerva, José Cumbrera “Pinete” y Soriano. La verdad es que ninguno estuvo muy bien y solo Navarrito pudo cortar un trofeo en el que mató por su compañero herido. Tras esta actuación, Manuel García “Venancio” cambió la seda por el percal y actuó como banderillero con muchos toreros de Huelva, incluso con Miguel Báez Espuny en sus comienzos.
