Cerraba el miniciclo de Colombinas una macro corrida de ocho toros con el rejoneador Andrés Romero y los espadas Enrique Ponce, Sebastián Castella y David de Miranda, ante un encierro de San Pelayo para rejones y Juan Pedro Domecq para la lidia a pie.
No fue la mejor tarde de los juanpedros, ni mucho menos, el público protesto en ocasiones por el juego de los astados y pito en otros en el arrastre, publico al que se le recordó hasta en dos ocasiones la obligación del uso de las mascarillas y mantenerse en el asiento adquirido, guardando la distancia social con el resto de espectadores. Todo ello y a raíz de los comentarios y manifestaciones acaecidas en las últimas horas sobre el estado en que se encontraban los espectadores de la corrida del día anterior. La empresa salía al paso con un comunicado para indicar las medidas tomadas a ese respecto tanto en el festejo del día dos de agosto como en el día tres.
Tras ese impás con la obligación del distanciamiento social, no fue tal en las lidias de los astados de Juan Pedro, donde se quiso apretura y mesura ante unos astados a los que le falto fuelle y remate en sus embestidas, sosos unos y bruscos otros no participaron de la fiesta que merece un tres de agosto en Huelva.
Fue el trigureño David de Miranda quien de nuevo volvía por sus fueros saboreando el triunfo una tarde más en su plaza de la Merced, triunfo que le sabrá a poco al no poder deleitarse con una salida a hombros por la Puerta de la Estrella… pero seguro también que esos triunfos quedan en la memoria de un toreo que desde que inicio el paseillo, estuvo firme toda la tarde, aprovechando al máximo el juego que le propiciaron sus oponentes. El primero que salió desentendido de las telas del percal, pero el de triguero nunca da una batalla por perdida y una vez más supo entender a su antagonista y tras brindar al respetable y al cielo, le enjareto una faena de enorme merito, jugando las bazas con las que podía someter a su enemigo y ganarle la pelea. El octavo de la tarde, que se hizo largo el transcurrir, mas bastito que sus hermanos no fue un desecho de virtudes, pero David de nuevo apostó desde un ajustado quite capote a la espalda, hasta las tandas en redondo y al natural para rematar su tarde con otro trofeo en su esportón que lo proclamaba como el triunfador de la velada.
A punto estuvo el de Escacena del Campo de seguir los pasos de su paisano de trigueros, de no ser por el uso de los aceros en el quinto de la tarde, Andrés Romero, podría haber sumado otro triunfo más en Huelva, el desigual lote de San Pelayo tampoco ayudo mucho al onubense, el parado primero al que tuvo que hacer todo Andrés, no dejaba lugar a la brillantez que buscaba el de Escacena, si bien su tesón y buen manejo de las riendas le llevaron a pasear un trofeo tras un certero rejón. Con más pies, codicia y repetidor salto el quinto, al que Andrés cuajo de principio a fin con rejón de castigo, banderillas y cortas, luciendo su cuadra y realizando todas las suertes para ganarse al respetable. Pero llegó la hora de la verdad y preciso de dos intentos, un rejón y pie a tierra para descabellar… no fue su final soñado… en su Huelva y ante su público…
Venía Ponce de un sonado triunfo en Navas de San Juan, pero la tarde de hoy en Huelva, quedó mucho más allá de lo deseado, Ponce es querido en Huelva y esas palmas, que como aqui no suenan en ninguna parte, alienta el alma de cualquiera, y Ponce que lo sabe con creces, quiso una tarde más en este coso de La Merced, darlo todo, pero cuando no puede ser, no puede ser y además es imposible. El lote de Ponce no dio opciones de triunfo en ningún momento, si bien su primero le dejo dar algunos muletazos sueltos, ante el sexto se estrello con un toro soso y dando cabezazos a cada muletazo, sin franqueza ni recorrido los intentos de Enrique caían en saco roto.
Cerraba el cartel el francés Sebastián Castella, un quietud mayestática en sus inicios de faena deja patente sus intenciones de su tarde, pero para continuar con las faenas precisa de un colaborador que tenga sus mismas ganas y eso falto en su lote, si bien sus inicios auguraban algo bueno, la verdad es que los finales estropeaban cualquier obra, es como luchar contra un muro. Pudo ahormar y convencer al tercero de la tarde para su propósito, echando toda la carne en el asador y lograr arrancarle un apéndice, a la postre el único en su esportón.
Ficha del Festejo
Toros de San Pelayo para rejones (1,5) y Juan Pedro Domecq para la lidia a pie (2,3,4, 6,7 y 8), desiguales de juego y presentación.
Andrés Romero, oreja / ovación con saludos
Enrique Ponce, ovación tras aviso / ovación
Sebastián Castella, oreja / ovación con saludos
David de Miranda, oreja / oreja
Incidencias.- Menos de la media plaza permitida por la Junta de Andalucía. Saludo en Banderillas tras dos soberbios pares José Chacón en el séptimo.