Hoy cuatro de agosto de dos mil veintitrés será una fecha preeminente en la historia de la plaza de la Merced, el toreo Emilio Silvera Romero se convertirá en matador de toros, el accitano Sebastián Castella será el padrino de la ceremonia y Pablo Aguado el testigo, con ganado Albarreal propiedad de la familia García Palacios.
La trayectoria del toricantano siempre la tuvimos muy presente desde sus inicios como becerrista y como alumno aventajado de la escuela taurina de Sevilla con Luis de Pauloba como director de la misma y a pesar de su vinculación a la ciudad hermana el joven Emilio jamás renunció a sus orígenes de onubense por convicción, muchos días de preparación transcurren en nuestra ciudad y siempre con la ayuda inestimable de su padre, clave en el devenir del futuro matador de toros.
La preparación del torero ha sido dura y disciplinada, los tentaderos han sido auténticas piedras de toques indispensables para llegar en óptimas condiciones al día del doctorado, fuimos testigos de dos mañanas en lo de Villamarta donde pudimos comprobar los fondos y las maneras extraordinarias de Emilio ante vacas encastadas y muy complicadas, todavía tengo en la retinas los seis naturales al compás de vuelos eternos del inminente doctor en tauromaquia.
Llegó el ansiado y soñado día, Huelva tendrá otro matador de toros, solamente desearle toda las venturas del mundo, sabemos las complejidades de este mundo maravilloso, confiemos plenamente de sus virtudes y sus capacidades, mucha suerte Emilio.
Artículo de Alfonso Leandro.
