Interesante conferencia «Gallito y Talavera, historia de un centenario».

LA CONFERENCIA ‘GALLITO Y TALAVERA. HISTORIA PARA UN CENTENARIO’ GLOSA LA FIGURA DEL TORERO COMO REFERENTE TAURINO HISTÓRICO

El programa de actos confeccionado para la conmemoración del centenario de la muerte de Joselito ‘El Gallo’ dio su pistoletazo de salida ayer lunes, 17 de febrero, con una conferencia en la que, bajo el título ‘Gallito y Talavera. Historia para un centenario’, se abordó la figura del torero para entender el cómo y el porqué de su leyenda a través de los ponentes  Jaime Olmedo y Paco Aguado.

En una abarrotada sala Carmelo Castilla del Centro Cultural ‘Rafael Morales’, los ponentes glosaron la figura del torero desde una perspectiva taurina, social, histórica y personal.

Jaime Olmedo, escritor, catedrático y filólogo, fue el encargado de acercar el porqué y el cómo de la visita de Joselito al coso talaverano, cuando en principio tenía cerrado cartel en Madrid del 15 al 17 de mayo de 2020. El historiador explicó que el diestro, amigo de sus amigos, se comprometió con varios de ellos a visitar la plaza de Talavera, especial para él ya que había sido inaugurada por su padre.

También puso de relieve su afán de, por un lado, de limar asperezas y retomar la amistad con el crítico taurino Gregorio Corrochano, compartiendo además cartel talaverano con su cuñado, Sánchez Mejías, y por otro, y según señala José María Cossio, el de aligerar el número de corridas en el coso madrileño, donde el público y la presión estaban pasando factura al torero.

De hecho, reseñó Olmedo, Joselito llega a Talavera después de “una corrida remendada” el día 15 en Madrid, donde cosechó pitos e incluso una voz le deseó la muerte en el coso talaverano.

La ganadería Viuda de Ortega, criada en los pastos de Prado del Arca y Santa Apolonia, fue la protagonista del 16 de mayo, fecha luctuosa que marcaría un halo trágico también para sus reses durante los años siguientes.

Por su parte, Paco Aguado, periodista y autor del libro ‘Joselito El Gallo, el rey de los toreros’, ha reseñado que las figuras de Joselito ‘El Gallo’ y Belmonte marcan la edad de oro del toreo. “Detrás de la tragedia, que echó un velo negro sobre su figura, había mucho más que el último gran torero del siglo XIX”, recalcó sobre el diestro.

Aguado definió a Joselito como “un niño sabio, repelente y algo redicho del toreo”, que con 12 años ya lo sabía todo y con 19 acaba echando del toreo a figuras como Bombita o Machaquito. Una figura en ciernes que también intenta hacer sombra a Belmonte, con el que finalmente llega “a un pacto no escrito para repartirse el poder de la púrpura durante toda la década”.

El periodista recalcó que, además de adoptar las técnicas del toreo de Belmonte, aportó las suyas. “Era un obseso de la profesión, vivía para el toro, tanto en la ciudad como en el campo”. Por eso, era el torero predilecto de los ganaderos, “que le escuchaban todo lo que él decía; con su consejo, los ganaderos empiezan a variar muchos de los conceptos decimonónicos y la forma del comportamiento del toro”. Y éste, apuntó Aguado, fue uno de los grandes logros de Joselito, el de buscar un toro más bravo, de mayor entrega y duración.

Para Paco Aguado, Joselito fue más allá del toreo, imponiéndose a empresarios y propietarios de plazas de toros, impulsando la creación de la Monumental de Sevilla, e incluso granjeándose la enemistad de la alta sociedad sevillana del momento. Por ello, se aventuró a afirmar que José Gómez Ortega llegó a Talavera de la Reina con un estado de depresión propiciada por el cansancio del público por su absoluto dominio de la fiesta, los ataques de Gregorio Corrochano, la actitud agria de los maestrantes pertenecientes oligarquía sevillana, y el fallecimiento de su madre.

Pese a todo, Aguado concluyó afirmando que la dimensión global de Joselito ‘El Gallo’ demuestra que “realmente fue el rey de los toreros”.