Artículo de opinión de Vicente Parra Roldán
Con la presentación de los carteles surgen numerosos comentaristas taurinos y la mayoría de ellos harán cola en el pasillo de las oficinas para recoger las credenciales para contemplar los festejos, esos de los que, a lo largo del año, no se hace eco como tampoco de los toreros de la tierra.
Hay quien ha dicho que este año se celebra el trigésímonoveno ciclo cuando, en realidad, la plaza de La Merced está viviendo su cuadragésima temporada de actividad continuada. Si en 1984 fue la primera, en 2023 es la cuadragésima aunque, efectivamente, sean 39 años los que tiene de vida la plaza de toros de Huelva.
En el acto de presentación de la cartelería faltó sensibilidad en muchas cosas. Para empezar, se utilizó mucho la palabra “feria” cuando en nuestra ciudad se dice Fiestas Colombinas. Es más, feria no se usa en ninguna de las festividades tradicionales, como las Colombinas, la Cinta, San Sebastián y otras y solo se utiliza para la feria de la tapa, de la cerveza y similares.
Como ha faltado sensibilidad en no lograr que José María Manzanares estuviera acartelado en la alternativa de Emilio Silvera Romero. Hubiera sido bonito y emocionante que 37 años después otro José María Manzanares hiciera matador de toros a otro Emilio Silvera como hicieron los respectivos padres el 2 de agosto de 1986. Imagino que la empresa lo habrá intentado pero puede haber otras circunstancias para que se haya producido esta falta de sensibilidad en un día señalado para el joven toricantano.
Claro que esa falta de sensibilidad la tuvieron los conductores del acto con algunos de los jóvenes novilleros que, situados en lugar preferente, no fueron invitados a dirigirse a los asistentes y solo lo hizo, aunque no se le oyó, Andrés García Palacios que, por cierto, este año abre cartel cuando el año pasado siempre toreaba después de Enrique Toro.
Por el contrario, hubo momentos muy sensibles. Por ejemplo, cuando el empresario anunció que, por enésimo año consecutivo, el precio de las entradas no sufrían modificación en un momento en el que todo sube. Buena medida y así hay que reconocerla.
Igualmente hay mucha sensibilidad en el cartel programado para el día grande de nuestras Fiestas por cuanto, en esta ocasión, si es iberoamericano pues tiene la presencia de un torero de la otra banda del Océano Atlántico, el peruano Andrés Roca Rey, y un onubense, David de Miranda.
También hay que destacar el detalle de la Hermandad del Prendimiento que, acordándose de una promesa empresarial de denominar la puerta grande del coso como “Puerta de la Estrella”, han donado un pasodoble que esperemos se interprete más que otro estrenado hace unos años y que el maestro Paco Martínez compuso en honor de José Luis Pereda García. Se tocó el día del estreno y ya no se ha vuelto a tocar.
Dado que las relaciones entre la empresa y la Hermandad se van normalizando, hay que esperar que pronto se rotule como Puerta de la Estrella la puerta por la que, triunfalmente, salen los toreros y que se lleve a cabo la procesión de la citada imagen por el ruedo del coso mercedario portado a hombro por los actuantes de un festejo.
Hay otros detalles de menor entidad que también se produjeron, como el hablarse de la Escuela Taurina de Huelva – qué se ha hecho en el último año para que nuestra provincia dejara de ser la única que no cuente con un Centro de estas características – cuando ni existe ni tiene visos de existir pronto como se habló de unos logros de la Junta de Andalucía que no venían a cuento en un acto como este en el que solo cabía hablar de los carteles que se estaban presentando de manera oficial por cuanto, oficiosamente, eran de dominio público y, desde hace días, los aficionados los conocían.
