Talavante por la Puerta grande en el regreso de Ponce a Santa María de Querétaro.

Alejandro Talavante se encargó de quitarle reflectores al regreso de su compatriota Enrique Ponce en la Plaza Santa María de Querétaro, de la que salió en hombros.

Talavante a hombos en Querétaro, Foto Emilio MendezTalavante, a quien no le había ido bien el fin de semana anterior en la Plaza México (se fue sin trofeos) dio por fin muestra de su toreo: se había ido en blanco con su primero, pero dejó lo mejor para el segundo, al que le cortó las orejas para erigirse como el triunfador de la noche.

Ante un buen toro de la ganadería queretana de Julián Hamdan, el extremeño logró una extraordinaria faena; también su primera había sido grande, pero pinchó y ello evitó el apéndice.
Irónico, pero para este cartel se incluyó a Alejandro de última hora debido que el también español José María Manzanares, anunciado en un principio para la tarde, tuvo que cancelar su compromiso debido a que fue intervenido quirúrgicamente por dolores en la espalda.
El destino le tenía reservado el triunfo a Talavante, y no desperdició su oportunidad. Muy torero, con gallardía y valor, así se mostró ayer el coleta, en plan de artista. El regreso de Ponce fue de alto quilataje; muy torero también, pese a que los astados, en general, tenían juego tardo, desigual, pero los retos así le gustan al español y ayer lo volvió a demostrar en Santa María.

Ponce había estado apartado de los ruedos a causa de una lesión en un abductor de la cadera, que se produjo entrando a matar en una corrida en Nimes, Francia, el 19 de septiembre.
Tuvo que ausentarse de la Feria del Pilar y tampoco pudo comparecer en la Plaza México, en la cuarta corrida de la Temporada Grande.

Pero ayer todo ello quedó recluido en las anécdotas: Enrique se mostró grande, con el temple que le caracteriza, y a su segundo de la noche le cortó una oreja, misma que fue vitoreada por los asistentes al coso queretano, que registró una media entrada. Ni la presencia del español logró llenar la plaza.
Con su primero, el español batalló; buscó sacarle juego al burel pero éste era débil de manos y frecuentemente caía, poco mostró pero el público se dio cuenta de que el experimentado matador venía con coraje, con arrojo, así que había que esperar.
Con su segundo, un mejor presentado astado, llegó el arte en plenitud por medio del talento de este maestro de la tauromaquia que ya está próximo a cumplir 44 años, este 8 de diciembre.

Muy torero se le vio a Ponce en su segunda oportunidad, los pinchazos que se dieron con el primero no llegaron esta vez y la oreja fue merecida.
Fermín Espinosa Armillita IV también regresó al coso de Avenida Constituyentes luego de que en 2014, en Navidad, se había ido sin trofeos. Ayer mostró valor con su primero, como para estar a la altura de sus alternantes, pero pinchó y se fue en blanco. En un séptimo de regalo, de la divisa de Marrón, Fermín anduvo con mucha voluntad, muy entregado. Lanceó bien a la verónica y su quehacer de muleta fue a base de temple y largueza, plena de entrega y esmero. Le tocaron «Pelea de Gallos”. Mató al segundo intento y escuchó palmas.

Ficha del Festejo
Coso Monumental «Santa María”.
Toros de Julián Hamdan, Barralva (2 bis) y Marrón (7 de regalo).
Enrique Ponce, silencio / oreja
Alejandro Talavante, palmas / dos orejas
Fermín Espinosa «Armillita IV”, palmas / palmas / palmas en el de regalo
Incidencias.- Media entrada en noche de agradable temperatura. Los lidiados en cuarto y quinto lugar premiados con arrastre lento.

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