Daniel Luque y Álvaro Lorenzo, triunfan en Ciudad Real

Daniel Luque es un torero que tiene la suerte (o desgracia) de verlo fácil salga el toro que le salga. Lo de desgracia viene a cuento porque a veces su toreo peca de excesiva facilidad, y su conexión con los tendidos sufre algún que otro corte de intensidad.

En Ciudad Real hoy se enfrentó a dos toros de distinta condición. El primero, noble y algo soso, le permitió andar a gorrazos con él. Anduvo técnicamente perfecto, llevándolo a media altura sin meterse demasiado con él, armando una faena tan pulcra como, por momentos, algo anodina.

Distinto fue el cuarto, un toro que protestó tirando tornillazos, sobre todo por el pitón izquierdo, y aquí es donde se vio a un Luque más comprometido, aguantando tarascadas al final del viaje y apostando al dejársela (la muleta) y tirar de las embestidas algo desordenadas. Reinó la clave de esta fiesta: la emoción. Lo correcto puede llegar a aburrir.

A Emilio Huertas, el helado que era el segundo se le derritió demasiado pronto. Justo cuando había que apretar en el final de faena. Antes había entendido al de Pereda perfectamente, sin exigirle en demasía y templando sus enclasadas embestidas, especialmente por el pitón izquierdo. Cortó oreja aunque mató a la segunda.

El burraco quinto huyó de los capotes en los dos primeros tercios, y de la muleta cuando el torero ciudadrealeño fue a por él. Tras deambular por el ruedo acertó a retenerlo en toriles, enjaretándole varias series siempre por el derecho, más tirando de pundonor que con lucimiento. Lo cazó a la segunda, lo que, en esta ocasión, le cerró la puerta grande.

Álvaro Lorenzo se presentaba en Ciudad Real, y lo hizo con un toro de embestida áspera, en un momento en el que el aire sopló molesto. Aunque el toro, justito de raza, no pedía sometimiento, el viento forzó al toledano a arrastrar la muleta para evitar quedar al descubierto.

Sin salirse de su corte clásico se arrimó cuando las embestidas decayeron en ímpetu, arrancando una oreja meritoria, como mérito tuvo la entrega con la que se la puso al descastado sexto, que se movió sin ritmo ni entrega.

Lorenzo aguantó las violentas sacudidas hasta dominar la embestida del manso encastado con el que cerró una actuación en la que no vino a tirar las tres cartas, a pesar del compromiso de mañana en Bilbao con Victorinos.

Mención aparte merece la presentación de la corrida con los dos hierros de Pereda. Irreprochable. Seria pero bien hecha. Un tacazo. El comportamiento fue otra cosa.

Fuente.- Cope /Efe Foto.- Álvaro Lorenzo

Ficha del Festejo

Cuatro toros de La Dehesilla y dos de José Luis Pereda (segundo y sexto). Magníficamente presentados, nobles y con clase, aunque no sobrados de fuelle. Los mejores, primero y segundo.

Daniel Luque, oreja / dos orejas

Emilio Huertas, oreja / ovación con saludos tras aviso

Álvaro Lorenzo, oreja / dos orejas

Incidencias.- Algo más de un cuarto del aforo

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