Francisco Ruiz Miguel y José Luis Galloso ponen el ‘broche de oro’ a las XXXVI Jornadas Taurinas

  • Los maestros gaditanos sedujeron en una entrañable conferencia sobre “50 años de maestría”
  • Cuarta y última sesión de las XXXVI Jornadas de la Tauromaquia ‘Ciudad de Algeciras’

El Claustro del Museo Municipal albergó en la tarde del jueves 1 de junio, la cuarta y última sesión de las XXXVI Jornadas de la Tauromaquia ‘Ciudad de Algeciras’, que organiza la empresa Espectáculos Carmelo García concesionaria del Coso de Las Palomas, en colaboración con Delegación de Feria y Fiestas del Excmo. Ayuntamiento.

La jornada, que volvió a superar las expectativas de aforo y colgó un impresionante “No hay Localidades”, contó con la presencia de las Tenientes de Alcalde, -en funciones- Delegadas de Feria y Fiestas, Juana Cid; y de Turismo, Susana Pérez.  

Un acto que tuvo como protagonistas a los maestros Francisco Ruiz Miguel y José Luis Galloso, quienes hablaron sobre “50 años de maestría”, con el periodista sevillano Emilio Trigo que coordinó y moderó todas las jornadas del ciclo.

XXXVI Jornadas de la Tauromaquia ‘Ciudad de Algeciras’ se clausuraba con este impresionante  ‘mano a mano’ entre ambos maestros. Un año más, las Jornadas han estado enmarcadas como preámbulo a los festejos de la Feria Taurina programados con motivo de la Feria Real, que se celebrarán del miércoles 21 de junio al sábado 24, en la Plaza de Toros Monumental de Algeciras.

Un cartel de época donde el moderador -Emilio Trigo- fue repasando con temple las épicas carreras de Ruiz Miguel y José Luis Galloso. 

Francisco Ruiz Miguel:

El 25 de abril de 1971, Ruiz Miguel, que estaba en su segunda temporada como matador de toros, se enfrentó al toro “Gallero”, nº 100, de 521 Kg, de la ganadería de Miura”, al que le hizo una faena emocionante con arte y valor, para después matarlo de una estocada en la suerte de recibir “Le corté las dos orejas y el rabo y era la primera vez que toreaba ese hierro y ese triunfo me abrió las puertas de la profesión. Un hito de supremacía que ha durado una vida de 52 años en la historia de la Tauromaquia’.

Ruiz Miguel repasó sus comienzos, el día que se tiró de espontáneo en un novillo de ‘Paquirri’ en un festival en Cádiz, “Motivo por el que en cuatro festejos posteriores me anunciaron con el nombre de Paquito Ruiz ’El Espontáneo”.

Ahondó en su relación con el gran torero de la Isla de San Fernando, Rafael Ortega “Me enseñó a realizar la suerte suprema y me recomendó que no le mirara el hierro a los toros de Miura”.

La tarde de su triunfo sevillano, en la que sustituyó a José Martínez ‘Limeño’, “Me cambió la vida”. A raíz de aquello llegaron los triunfos y su encuentro con quien sería el segundo apoderado de su vida: Pepe Luis Segura. “Se peleó con las empresas para ponerme en el lugar que me  correspondía”.

Antes, lo había apoderado Paco Ortega. Así se forjó la vida de un luchador que llegó a lidiar “100 corridas de Miura, 89 de Victorino Martín, 39 de Pablo Romero, y 50 de Murteira Grave”, además de los hierros más encastados y duros del campo bravo.

Esos números son de “Pasar miedo…mucho miedo de estar en la cama algunas noches y sobresaltarme porque lo tenía en lo alto al toro que me perseguía”.

El maestro “Le decía al miedo en el hotel: Ya vendré a recogerte quédate aquí. No te vengas conmigo a la plaza”.

Pero no han sido estas las únicas gestas en la que ha participado Ruiz Miguel pues, el 1 de junio de 1982, fue protagonista de la que se ha conocido como la ‘Corrida del siglo’ Los tres matadores salieron a hombros junto al ganadero, Victorino Martín. En el cartel Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar. «Eso es algo que no se ha vuelto a repetir en Madrid y a mí me ha dado mucho. Son fechas que se quedan grabadas para toda la vida”.

‘El Cañaílla’ -como le llaman los más íntimos- tenía una enorme seguridad en sí mismo. “Yo competía conmigo mismo, no rivalizaba con nadie puesto que yo era mi gran rival. Además me creé una propia tauromaquia para sobrevivir a las corridas duras”.

Habló de las diez ‘Puertas Grandes’ que abrió en Las Ventas, «Madrid ha sido una de las plazas más importantes de mi vida. Yo siempre digo que en España debería haber diez plazas como Madrid y entonces el escalafón se quedaba más cortito».

José Luis Galloso:

Tomó la alternativa en El Puerto de Santa María, el 18 de julio de 1971, con Antonio Bienvenida, y Palomo Linares ante toros de la ganadería de Carlos Núñez.

“La alternativa estuvo cargada de emociones y una de ellas, tal vez la más grande, fue brindarle el toro a mi padre. Aquella tarde con Bienvenida y Palomo Linares, fue histórica en El Puerto, con 4 orejas y 2 rabos”.

La irrupción de Galloso fue importantísima. “Era un joven chaval que conecté mucho con la afición y le di vida a la ‘Ciudad de los Cien Palacios’,  arrastrando a un pueblo entero tras de mí”

Galloso empezó de chiquillo “jugando al toro y toreando de salón en las calles” y desde sus inicios se mostró competitivo, porque él “no me dejaba ganar la pelea por nadie”. 

El 7 de septiembre, se presentó en la Real Maestranza, “seguido de cincuenta y cuatro autobuses”, y cortó tres orejas para salir por la Puerta del Príncipe. Empiezan a anunciarlo como “El revolucionario del toreo” y se decía por entonces: “Quien no quiere a Galloso no quiere a su padre“.

La alternativa, era una fiesta en la ciudad.  “La corrida de Carlos Núñez salió muy completa y Bienvenida hizo una de las mejores faenas de su vida que por cierto, se mostró muy cariñoso. Sin embargo Palomo Linares estuvo más guerrero y menos afable. Corté, cuatro orejas y dos rabos”.

La tarde de la alternativa tuvo muchas emociones pero la mayor fue brindar “El toro a mi padre y ese momento tan emotivo ha sido el más impactante de mi carrera”.

La llegada al escalafón de matadores de toros fue en un momento de plenitud de grandiosos toreros. “En aquella época había veinte figuras del toreo. Competir era muy difícil, teníamos que ganarnos para que nos hicieran caso”

El Puerto de Santa María ha sido su casa y su plaza “El lugar dónde más he toreado y tengo el récord de actuaciones en la plaza. En El Puerto, he toreado 112 tardes, he cortado 180 orejas y 17 rabos. Salí a hombros 55 veces. Estos datos los tengo gracias a mi padre, que en paz descanse, que me llevaba toda la relación de corridas que toreé. Me unió una vinculación muy fuerte con esta plaza”.

Entre muchas cosas a esta gran figura del toreo “Se me debe el quite de La Gallosina, que remataba con una serpentina y con la espada resucité la suerte suprema recibiendo”.

José Luis Galloso fue un torero variado con el capote y la muleta, un torero fino y buen conocedor de la técnica enfocada en hacer el buen toreo. con el capote distinguía entre pegar lances y torear a la verónica, como me enseñó Miguel del Pino”.

Una leyenda de la historia viva de la tauromaquia, “Medalla de Oro de El Puerto, y durante toda mi carrera he llevado el nombre de mi ciudad y de mí Plaza Real”

Una vez desarrollada ambas glosas, se proyectó un documental muy ilustrado sobre la vida de los maestros. El acto finalizó con la ovación unánime de los aficionados que se pusieron en pie ante los “50 años de maestría” de Ruiz Miguel y José Luis Galloso.

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